El Papa ha retomado la cuestión de la homosexualidad en los seminarios e insiste en la necesidad de “acoger y acompañar”
Este martes, el papa Francisco ha continuado con sus encuentros con sacerdotes de la diócesis de Roma. De esta manera, después del encuentro del pasado 14 de mayo con los sacerdotes mayores de la diócesis y del pasado 29 de mayo con los más jóvenes, continúan los momentos de escucha y diálogo con el clero. En esta ocasión ha tenido lugar en la Universidad Pontificia Salesiana y con sacerdotes del undécimo al trigésimo noveno año de ordenación.
En el encuentro con el Papa han participado, tal como ha informado el Vaticano, alrededor de 160 sacerdotes, así como miembros de la comunidad académica, estudiantes y colaboradores, además de Baldo Reina, vicegerente de la diócesis de Roma, y Michele di Tolve, delegado del Área para la atención del Diaconado, el Clero y la Vida Religiosa.
Ante los presentes, el Papa ha dado inicio a un diálogo en el que ha manifestado la importancia de la labor de los pastores de una diócesis, como es la de Roma, que ahora atraviesa tiempos difíciles a consecuencia de la pandemia, de la pobreza cada vez mayor, de la guerra, de la situación de muchos jóvenes, y que se ha convertido también en “territorio de misión”.
Entre los temas abordados, se encuentran los de la pastoral vinculada a la diócesis, el papel y la identidad del sacerdote y la belleza de ser sacerdote. En respuesta a las preguntas, el Papa citó el modelo de Don Milani, “una gran luz para el sacerdote italiano”, el riesgo de caer en la mundanalidad, y habló de la necesidad de ampliar la acogida en las parroquias “a todos, ¡Todos, todos!”.
Asimismo, surgió la cuestión del sufrimiento de las personas, que “debe ir acompañado de cercanía, compasión y ternura, tres cualidades de Dios, que deben ser vividas, especialmente hacia los ancianos”, dijo el Papa. En este sentido, “hablamos de la importancia de la pastoral hospitalaria y de las dificultades de la ciudad de Roma, de la emergencia habitacional, invitando a la generosidad de las congregaciones religiosas equipadas con estructuras, de la proliferación de drogas, de la tragedia de la soledad, de la muchos que viven su propio dolor en la invisibilidad”. “En la vida de un sacerdote lo invisible es más importante que lo visible, porque es más denso, más doloroso”, dijo el Papa, y añadió “nuestro trabajo como sacerdotes es ir a buscar a estas personas” porque “la Iglesia o profético o clerical: a nosotros nos toca elegir.”
El diálogo se centró en la situación actual en Europa y en el mundo y el Papa mencionó dolorosamente las guerras en curso, en Tierra Santa, Ucrania, pero también en Myanmar, en el Congo, y las enormes inversiones en armas, anticonceptivos, en gastos veterinarios y cirugía cosmética. En este sentido, instó a trabajar en la enseñanza social de la Iglesia, a un mayor compromiso con el bien común, con la paz y, en tiempos de desconexión y abstencionismo, en la política, “la forma más alta de caridad”.
La conversación fue una oportunidad para recordar y agradecer al cardenal De Donatis, a quien el Papa elogió por su gran “capacidad de comprender y perdonar”, cualidades preciosas en su nuevo cargo, donde está llamado a ser “una expresión del rostro misericordioso de los Padre”.
Para concluir, el Papa habló del peligro de las ideologías en la Iglesia y volvió al tema de la admisión en los seminarios de personas con tendencias homosexuales, reiterando la necesidad de acogerlas y acompañarlas en la Iglesia y la indicación prudencial del Dicasterio para la Clero sobre su ingreso al seminario.
“Hace veinte años que sigo mi camino sacerdotal”, ha dicho di Tolve. “Los sacerdotes entre once y treinta y nueve años de ordenación son aquellos que ya tienen responsabilidades en la diócesis, por ser párrocos, prefectos, capellanes, directores de oficinas de la curia, ocuparse de áreas específicas de la pastoral como la caridad, o ejercer puestos docentes en escuelas y universidades”.
“Podríamos decir que son los pilares de la vida pastoral y sacerdotal de la diócesis, porque son a ellos a quienes se les confían las mayores responsabilidades”, ha aseverado. Asimismo, ha señalado que hoy el Papa ha reflexionado sobre “cómo continuar esta relación constante con sus sacerdotes, la mayoría de los cuales ya participan en actividades de verano, actividades educativas como oratorios de verano y campamentos. Es importante educar también en este tiempo particular que la Iglesia considera provechoso para los más pequeños, para los adolescentes y los niños, los más jóvenes de la diócesis”.