La procesión del Corpus en Bueu (Pontevedra), con en algunas poblaciones más del entorno, se caracteriza por la composición de alfombras florales –lo que le ha valido la denominación de fiesta de interés turístico gallego–. Esta tradición que tiene más de cien años y que incluye junto a los elementos vegetales también marinos o incluso figuras de papiroflexia está viviendo una auténtica crisis. Y es que la Federación de Alfombristas de Galicia ha expulsado definitivamente a la Asociación Cultural Alfombras de Bueu.
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Los valores del alfombrismo
La decisión ha sido tomada por unanimidad el pasado fin de semana en una asamblea celebrada en la localidad de Ames, cerca de Santiago de Compostela. La federación, que agrupaba hasta este fin de semana a ocho asociaciones de diversas zanas gallegas ha completado un proceso que comenzó a mediados de 2022 y señalan, ya no puede ser recurrido. Las razones de la expulsión es que la entidad “no respeta los valores del alfombrismo” y haber causado “multitud de problemas a las demás asociaciones de Galicia desde hace más de un año”.
Por su parte, la asociación pontevedresa que preside Carmen Santos y de la que forma parte el anterior presidente de la federación, Manuel Alonso, que además es su marido, niega todas las acusaciones. En concreto desde la federación acusaron ante la Guardia Civil que desde la asociación crearon perfiles falsos en redes sociales suplantando a la propia federación empleando su logotipo y su nombre; a lo que siguió una contradenuncia en otra demarcación por suplantación de la asociación con otra publicación en redes.
Más allá del inicio de la polémica, en la asamblea se adujeron 16 motivos para la expulsión como la retirada de “importantes cantidades de dinero” sin justificar o la realización de viajes privados en nombre de la federación. Además, les acusas de “mentir reiteradamente” a los medios o incluso “boicotear” varias asambleas. Incluso, según señala el Faro de Vigo, habría un asunto de robo de materiales. En declaraciones a dicho periódico, Santos considera que ha habido “irregularidades” en el proceso de expulsión e incluso recuerda que su marido sufrió una agresión física. Para la presidenta de la entidad “el objetivo es causar un perjuicio y hacer daño al alfombrismo de Bueu, justo cuando estaba empezando a cobrar protagonismo después de todo el trabajo realizado en los últimos años”. “Se le está haciendo daño por parte de gente de fuera y hay personas de Bueu que lo están consintiendo”, explica Santos al periódico local.