Apenas tres horas después de que las monjas cismáticas de Belorado dejaran caer en Instagram que están viviendo una asfixia vital tras la decisión del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, de intervenir sus cuentas bancarias, la Archidiócesis ha emitido un comunicado en el que desmiente y desmonta las acusaciones vertidas: “En ningún caso existe la más mínima intención de condicionar económicamente a la comunidad”.
“Las hermanas han impedido en todo momento y por todos los medios que el Comisario Pontificio y la Comisión Gestora cumplan con el cometido para el que han sido nombrados”, sentencia un comunicado en el que recuerda que Iceta “tiene el derecho y el deber de velar” por todas las religiosas, especialmente, por las mayores, así como por los trabajadores. Además, recuerdan que la ex abadesa, sor Isabel de la Trinidad, no ha entregado la copia de las llaves de los monasterios que se le solicitó.
Sin rodeos, desde el Arzobispado de Burgos, rebaten punto por punto los dardos lanzados por las religiosas que el pasado 13 de mayo decidieron romper con la Iglesia católica para ponerse bajo el paraguas del falso obispo excomulgado Pablo de Rojas y la llamada Pía Unión San Pablo Apóstol:
- “Las entidades bancarias han actuado absoluta y escrupulosamente dentro de la legalidad vigente”, recoge el comunicado del Arzobispo de Burgos, que tumba la tesis de las clarisas, que aseguraban en Instagram que “parece haberse guiado más por la confusión mediática que por la lógica y la legalidad vigente”.
- En su posteo, las clarisas mantienen que la intervención de las cuentas por parte de Mario Iceta conlleva “la imposibilidad”, por ejemplo, del pago de nóminas. Desde la Comisión Gestora se explica que se está trabajando con los bancos para que “no exista ningún problema de pago a quienes legítimamente tienen derecho al cobro: suministros, nóminas, recibos, etc.”.
- Mientras las monjas se quejan de que no pueden comprar alimentos para ellas ni para la granja, la Comisión Gestora de Burgos recuerda que echaron el pasado 6 de junio a sor Carmen, secretaria y ecónoma de la federación de las Clarisas, cuando acudió al convento a explicar el proceder para solventar estas necesidades económicas. Es más, desde el Arzobispado aclaran que la notario civil que acudió ese día sí pudo comunicar “a la comunidad el modo de establecer la interlocución de las cuestiones económicas”. “No han hecho uso de esta vía”, sentencian, subrayando a la vez que “seguimos a la espera de que las hermanas nos comuniquen los importes necesarios que requieren para los gastos habituales de la vida ordinaria”.
- Las monjas incluso llegan a decir en redes sociales que “nuestros empleados se están viendo impelidos a ir al obispado de Burgos, a reclamar lo que por derecho les pertenece”. El Arzobispado sostiene que “ningún empleado de los monasterios ha acudido al arzobispado a poner ninguna queja”. “Al contrario, a aquellos con quienes se ha podido contactar, se les ha asegurado que se seguirá al corriente de los pagos tal y como se ha realizado hasta el momento”, apostillan desde la Archidiócesis.
- Las clarisas de Belorado echan en cara al comisario pontificio que no ha intervenido las cuentas “desde las que se tienen que realizar los pagos periódicos para zanjar las obras del monasterio de Orduña”. También a esto contesta el Arzobispado: “Se ha tenido acceso a las cuentas corrientes que ha sido posible identificar, ya que las hermanas no han facilitado en absoluto ni el conocimiento ni el acceso a las mismas”.
- En su comunicado en Instagram, las clarisas cismáticas se muestran dispuestas a contratar “servicio de seguridad privada” ante el asedio que dicen estar sufriendo en el monasterio. En este punto, el Arzobispado desvela que el pasado martes 11 de junio recibieron un correo electrónico de las monjas en el que ya informaban de esta situación y escribían textualmente: “Entendemos que el arzobispo debe asumir los costes de este servicio”. El comisario pontificio subraya cómo “aquí sí se reconoce la autoridad del arzobispo” y se le pide el pago de un servicio” sin concretar las condiciones ni la empresa. “Llama la atención que se pida dinero para este servicio, pero no para la compra de género para la vida ordinaria”, dejan caer desde la Archidiócesis.
Más allá de este ‘desmontaje’ del equipo de Mario Iceta, desde el Arzobispado de Burgos vuelven a mostrar una “mano tendida” y lamentan cualquier situación compleja que pudieran estar padeciendo las monjas: “Rechazamos y, en su caso, condenamos cualquier eventual falta d falta de respeto o intromisión en la vida del monasterio”.