La semana pasada, en una misa presidida por el obispo auxiliar y vicario general de la arquidiócesis de Buenos Aires, Gustavo Carrara, se cantó la consigna “La Patria no se vende”, en clara alusión en contra de las ideas liberales del presidente argentino Javier Milei.
Hace menos de 10 días, esta misma escena se vivió en otra celebración en la que se despidió a una referente de las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, y al hijo del Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, recientemente fallecidos. Allí también la Asamblea entonó la misma frase, con la anuencia y los aplausos de los celebrantes.
El viernes 14, en la parroquia Inmaculado Corazón de María (barrio de Constitución), se celebró una misa en la que se recordó al p. Mauricio Silva, desaparecido el 14 de junio de 1977. El sacerdotes, más allá de su trabajo pastoral realizaba su tarea de barrendero municipal. Justamente en esta Eucaristía, en la que participaban dirigentes sociales y gremiales, se volvió a escuchar este slogan claramente político.
Al conocerse el video de la celebración, el obispo Carrara envió un comunicado para aclarar la situación. Asumió la responsabilidad y pidió disculpas. Recordó que el p. Mauricio defendió la dignidad de los trabajadores y los acompañó en su lucha por vivir bien. En este tono han sido los testimonios y la homilía. Pero, antes de la bendición final, “fui sorprendido por una señora que empezó a cantar ‘la patria no se vende’, muchos de los presentes en el templo continuaron el canto por un minuto. Interrumpí, hice la oración y di la bendición y el saludo final“.
Y agregó: “Entiendo que algún fiel sencillo podría verse confundido, o incluso molesto por esta situación, que puede interpretarse como politizar partidariamente la celebración de la Eucaristía, que es sacramento de unidad”.
El vicario general porteño indicó que celebrar la Eucaristía es celebrar el Amor, y es necesario que ese amor se viva más allá del templo, también en la política. Referenció la Encíclica Fratelli Tutti, que en su número 176, habla sobre la política, sus implicancias, sus desafíos y la necesidad de esta para llegar a la fraternidad y la paz social.
“Como celebrante principal asumo la responsabilidad, y pido humildemente disculpas al que pudiera sentirse ofendido por el mismo”, concluyó.
Sobre este hecho, también se pronunció el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, Jorge García Cuerva, quien en la homilía de otra celebración, se refirió concretamente a este hecho: “La misa es algo sagrado, porque está en las entrañas más profundas de la fe de nuestro pueblo. Aquí venimos a alimentarnos de unidad, de fraternidad, de paz“, recordó el primado en la homilía.
Cree que no está bueno usar estas celebraciones “para dividir, para fragmentar, para partidizar. No está bueno usar la misa para que terminemos separados como hermanos”. Y añadió: “tampoco está bueno contar con la buena fe de quienes participan de la eucaristía o de los sacerdotes a los que se invita a presidirla para que después pase lo que ha pasado en estos días… Por eso la misa es algo sagrado. La misa es para unirnos, para hacernos hermanos”, sentenció.