Acogida y hospitalidad. Esta es la receta del Obispado de León ante el brote xenófobo surgido en el municipio de Villaquilambre al conocerse que la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha acondicionado un antiguo hotel abandonado para acoger, de forma temporal, a 180 personas migrantes documentadas y mayores de edad procedentes de centros de Canarias que ya han registrado formalmente su solicitud de protección internacional.
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El pasado 13 de junio, un centenar de vecinos acordó en asamblea presentar, uno por uno, una denuncia en el registro municipal en contra de la apertura del Centro AH San Juan de Dios León El Pozo en las instalaciones del antiguo hotel Chalé del Pozo (situado en la localidad de Villarrodrigo de las Regueras), que está prevista para este 22 de junio.
Este centro dará trabajo, además, a 35 personas encargadas de ayudar en la formación de estas personas para que puedan continuar su proyecto de vida en España o Europa.
Tras esta denuncia masiva, se congregaron frente al Ayuntamiento para pedir su paralización porque, según ellos, esta iniciativa solidaria “podría destruir León”. Esa misma tarde se concentraron ante la Subdelegación del Gobierno en León y, desde entonces, cada mediodía protestan ante el consistorio.
Asimismo, en dos grupos de WhatsApp y Telegram, que suman más de 1.500 participantes, se llevan intercambiando desde la semana pasada mensajes de odio y bulos entre los que se ha llegado a pedir incendiar las instalaciones para impedir el alojamiento a estas personas, según ha informado la prensa local.
También está activa una recogida de firmas en la plataforma Change.org, en la que puede leerse que “van a utilizar un hotel cerrado hace once años para reubicar a 150 menas procedentes de Canarias, con el riesgo que eso supone para la convivencia en un municipio donde viven familias con niños y muchas personas mayores solas. Sabemos por las estadísticas y las noticias de las devastadoras consecuencias que han provocado estas personas en otras localidades de España y no queremos que una localidad donde se vive con mucha tranquilidad se convierta en un núcleo de delincuencia y mala convivencia”.
Ante esta oleada xenófoba, Francisco José Pérez, delegado de la Delegación de Misión Samaritana de la Diócesis de León, ha expresado su “preocupación por las reacciones de desconfianza y rechazo”. “Instamos a superar recelos y a recibir a los migrantes con apertura y comprensión”, ha aseverado en un comunicado lanzado este mediodía.
“Recordamos que la convivencia con personas migradas es una oportunidad para el enriquecimiento mutuo. Las personas migrantes no son un problema, sino portadoras de talentos y experiencias culturales valiosas”, ha detallado.
En este sentido, alienta “a no considerar al migrante como una amenaza, sino reconocer su dignidad como persona; superando los prejuicios que el desconocimiento, el miedo y la desinformación puedan provocar en nosotros”.
Asimismo, “exhortamos a todos los cristianos de nuestra diócesis a escuchar nuevamente el mensaje de Jesucristo, que nos llama a ser agentes de hospitalidad, promotores de la cultura del cuidado y constructores de puentes entre aquellos que son diferentes. Igualmente, animamos a todos a trabajar por una cultura de la justicia a nivel global, donde nadie se vea forzado a migrar”.
De hecho, “invitamos a todos los agentes pastorales a destacar la contribución positiva de las personas migradas al bien común de la sociedad, evitando actitudes racistas y aporofóbicas y fomentando la cultura del encuentro fraterno y la ayuda que dignifica”, concluye.
“Iglesia en León es hospitalidad”
La Diócesis recuerda también las palabras del obispo de León, Luis Ángel de las Heras, CMF, en su última carta pastoral titulada ‘Iglesia en León es hospitalidad’, en la que pedía volver “la mirada a las raíces cristianas, evangélicas y evangelizadoras de la hospitalidad, porque la Iglesia que peregrina en la diócesis de León quiere ser hospitalidad […] Seamos hospitalidad para ‘acoger, proteger, promover e integrar’ al migrante y al refugiado. Son los cuatro verbos que el papa Francisco propuso en 2018 como respuesta común a los desafíos de las migraciones contemporáneas”.
La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, consultada por Vida Nueva, se desmarca de cualquier polémica, pues lo suyo es la acogida y no las guerras políticas. Y es que el PP municipal ha convocado un pleno extraordinario este 20 de junio -precisamente el Día Mundial de Apoyo al Refugiado- para pedir explicaciones al Ayuntamiento cuyo alcalde es el socialista Jorge Pérez.
“Tenemos que pensar en que el pueblo leonés es un pueblo que acoge a quien venga, que nosotros también hemos tenido épocas en las que hemos tenido que migrar. Ahora nos toca ayudar a quienes vienen a pedirnos ayuda a nosotros y quitar la sensación que ha quedado de que Villaquilambre es un municipio racista”, sostuvo en declaraciones a los medios el edil, que defiende el proyecto que se enmarca dentro del Programa de Protección Internacional de San Juan de Dios, que se puso en marcha en 2019 y que cuenta con la financiación del Ministerio de Inclusión y Migraciones.
De hecho, este programa de San Juan de Dios atendió a 279 personas en León en 2023 de 26 nacionalidades diferentes (196 adultos y 83 menores). Así, desde hace meses, León cuenta, con el impulso de distintas ONG, con centros de este tipo en Valencia de Don Juan, La Nora del Rio, Brazuelo, Armunia o Astorga sin presentar problema alguno.
Voces a favor del centro de acogida de migrantes
Pese a las críticas de algunos vecinos, el respaldo de otros no se ha hecho esperar. Ayer, 17 de junio, un total de 229 personas pertenecientes al colectivo cultural de la provincia de León emitieron un comunicado para manifestar su “repulsa y rechazo absoluto” a las “exacerbadas muestras contrarias a la solidaridad y al más puro instinto humanitario de protección al débil”.
Los vecinos poco favorables a la acogida también se han topado con las palabras del delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen: “Es triste y desalentador comprobar que personas de mi provincia expresan sin ningún pudor este rechazo a personas que vienen desprotegidas de vivir situaciones tremendamente graves e inimaginables en un país como el nuestro. Se ha creado una alarma social en base a una presunción de criminalidad con la que quieren cargar a estas personas”.
En este sentido, argumentó que son cientos los centros de refugiados en el país: “Los hay en León y no tengo ninguna información de que se hayan dado problemas. Son personas que vienen con protección humanitaria internacional ante una situación de crisis. Tenemos que huir de esos comentarios xenófobos que se están llevando a cabo. ¿Qué diferencia hay entre acoger a 300 personas de Ucrania o acoger a 180 que vienen de África? La única diferencia es el color de su piel”.