El Papa ha recibido a los participantes en la Segunda Conferencia de la Specola Vaticana en memoria de George Lemaître
El papa Francisco ha recibido este jueves en audiencia a los participantes en la Segunda Conferencia de la Specola Vaticana en memoria de George Lemaître, sobre el tema ‘Agujeros negros, ondas gravitacionales y singularidades espacio-temporales’, que se desarrolla en Castel Gandolfo del 16 al 21 de junio de 2024.
“Estos días estáis debatiendo sobre las últimas cuestiones que plantea la investigación científica en cosmología: los diferentes resultados obtenidos en la medición de la constante de Hubble, la naturaleza enigmática de las singularidades cosmológicas (desde el big bang hasta los agujeros negros) y el tema tan actual de las ondas gravitacionales”, ha dicho el Papa.
“La Iglesia está atenta a tales investigaciones y las promueve”, ha asegurado, “porque chocan con la sensibilidad y la inteligencia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. Y es que “el origen del universo, su evolución última, la estructura profunda del espacio y del tiempo sitúan al ser humano ante una búsqueda frenética de sentido, en un escenario vasto donde corre el riesgo de perderse”.
En este sentido, Francisco ha subrayado que George Lemaître “fue un sacerdote y científico ejemplar”. “Su camino humano y espiritual representa un modelo de vida del que todos podemos aprender”, ha aseverado.
“Sus experiencias humanas y las consiguientes elaboraciones espirituales lo llevan luego a comprender que la ciencia y la fe siguen dos caminos diferentes y paralelos, entre los cuales no hay conflicto”, ha reconocido el Papa. De hecho, estos caminos “pueden armonizarse entre sí, porque tanto la ciencia como la fe, para un creyente, tienen la misma matriz en la Verdad absoluta de Dios”.
“Queridos amigos”, ha concluido Francisco, “espero que sigan discutiendo los temas que están discutiendo con un espíritu leal y humilde. La libertad y la falta de condicionamiento que estáis experimentando en esta conferencia, puede ayudaros a progresar en vuestros campos hacia la Verdad, que es ciertamente una emanación de la Caridad de Dios”.
“Fe y ciencia”, ha asegurado, “pueden unirse en la caridad, si se pone la ciencia al servicio de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, y no desvirtuados en detrimento de ellos o incluso en su destrucción. Os animo a ir a las afueras del conocimiento humano: es aquí donde podemos experimentar al Dios del Amor, que sacia y sacia la sed de nuestro corazón”.