Una encuesta de Ifop para La Croix señala que las opciones de los fieles están divididas entre la extrema izquierda y, en mayor medida, la extrema derecha
Tras el sorpresivo resultado de las elecciones europeas, el presidente francés disolvió el parlamento y convocó nuevas elecciones legislativas para el 30 de junio y el 7 de julio. Al acudir a las urnas los votantes tendrán que decidir si con su voto bloquean al partido ultraderechista RN o en general a las opciones más extremistas así como discernir qué opción es más coherente con su fe. La polarización que se palpa en la calle y, sobre todo, en las redes sociales hace que las diferentes asociaciones católicas francesas hagan un llamamiento a buscar los valores evangélicos.
Una encuesta de Ifop para La Croix señala que el voto de los fieles está especialmente dividido entre la extrema izquierda y, en mayor medida, la extrema derecha. Un análisis de las periodistas Marguerite de Lasa y Marie-Liévine Michalik recoge es testimonio de Édouard, un católico practicante de 30 años que votará al Nuevo Frente Popular, que ha discutido por su madre por no seguir la opción de Marine Le Pen. Mientras el grupo ecologista cristiano Lutte et Contemplation criticó abiertamente a François-Xavier Bellamy, eurodiputado del Partido Liberal francés y católico confeso, que dijo que podría votar al RN para bloquear la unión de la izquierda. “Unirse a la extrema derecha significa negar dos mil años de tradición cristiana de acogida a los extranjeros”, señaló este grupo.
Los católicos se debaten entre el miedo a la división en las comunidades y la radicalidad de algunas propuestas relacionadas con la bioética, la lucha contra la pobreza y la ecología, así como la defensa de la identidad cristiana y los valores de la familia tradicional. Y es que el peso que han tenido en los debates políticos cuestiones como el aborto o la eutanasia hacer que haya muchos católicos asqueados como el abogado Erwan Le Morhedec, de 49 años, por ejemplo, ha hecho campaña incansablemente contra la eutanasia y el suicidio asistido en los últimos meses y que afirma: “Tengo la sensación de que nos han pisoteado durante toda una legislatura y luego se espera que los católicos seamos sensatos y razonables y votemos en contra de los extremos”.
Otros grupos cristianos esperan reconstruir la fraternidad dañada en medio de esta polarización política. Hay quienes han entrado en la reflexión mostrando sus preocupaciones sociales y ecológicas inspirándose en la doctrina social de la Iglesia y la llamada de los más pobres y marginados. Para los católicos votantes de RN, el partido de Le Pen es la única manera de recuperar algo las referencias morales y salir del “delirio wokista”, según señala un joven de 27 años católico practicante experto en comunicación que considera que “la inmigración pone en peligro el bien común”.
Desde otra clave, Erwan Le Morhedec cree que el evangelio es una “fuerza de moderación” que le impide votar a la extrema derecha. “No me permite mirar a los extranjeros a través del prisma de mis irritaciones pasajeras”, insiste citando al papa Francisco. Ahora bien, otros creen que hay que rechazar también la propuesta de extrema izquierda del LFI que ha “fomentado una forma de antisemitismo”. Todo ello se aleja del papel de reconciliación que se espera de los cristianos.
Pero si vamos a los datos, en las últimas elecciones europeas, el 18% de los católicos practicantes regulares eligieron al Rassemblement National y el 10% a Reconquête! según el sondeo de Ifop. Entre el conjunto de los católicos practicantes, el 42% votó por listas de extrema derecha. Esta semana, los obispos tienen previsto enviar una oración a los fieles para recordarles lo que está en juego en las elecciones.