Asia

El cardenal Parolin desvela el gran sueño de Francisco: “Iría inmediatamente a China”

  • El secretario de Estado vaticano reconoce este “deseo” papal, pero admite que “no me parece que hasta ahora se den las condiciones para ello”
  • El purpurado vuelve a glosar la figura de Celso Costantini y reconoce que el Acuerdo para el nombramiento de obispos se renovará “a finales de año”





Un mes después del congreso internacional destinado a conmemorar el primer centenario del Concilio Sinense, celebrado el 21 de mayo en la Pontificia Universidad Urbaniana, el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, volvió al mismo espacio universitario y en la tarde de ayer, 20 de junio, volvió a poner en la palestra las relaciones con el gigante asiático.



Al igual que en la anterior ocasión, cuando se homenajeó al cardenal Celso Costantini, primer delegado apostólico en China y organizador, en 1924, del Concilio Sinense (en el que se puso las bases para una presencia católica centrada al fin en la inculturación en la identidad local y no en la imposición desde una óptica occidental), la figura del emblemático diplomático estuvo muy presente, pues se presentaba un libro sobre su figura, glosada como la del ‘Constructor de un puente entre Oriente y Occidente’, obra de Bruno Fabio Pighin.

Tercera renovación

Tras su presencia en el acto, Parolin tuvo un breve coloquio con los periodistas presentes, difundido por ‘Vatican News’. Una charla en la que defendió el buen funcionamiento del Acuerdo entre la Santa Sede y China sobre los nombramientos de obispos, firmado en 2018 y luego renovado dos veces, en 2020 y 2022. En este sentido, reconoció que la tercera renovación se concretará formalmente “a finales de este año”.

Mientras, las actuales negociaciones se centran en “encontrar los mejores procedimientos para su aplicación”. Un “camino” que la Santa Sede espera que “conduzca a conclusiones positivas”.

Admirador de su cultura

Con todo, el momento central de la intervención del purpurado llegó cuando Parolin verbalizó que, “si hubiera apertura por parte de los chinos, el Papa iría inmediatamente” a visitar su país. Y es que es una nación por la que “siempre ha mostrado gran aprecio y estima”, admirando a “su pueblo, su historia y su cultura”. De hecho, el propio Papa siempre ha contado que, en los inicios de su vocación como jesuita, se imaginaba a sí mismo como misionero en el país vecino de Japón.

Así, como reiteró el ‘numero 2’ vaticano, Francisco “tiene en verdad un gran aprecio, y no pierde ocasión de expresarlo, hacia el pueblo y la nación china. Tal vez sea porque es jesuita, por lo que tiene toda la herencia del pasado”.

La realidad se impone

Aunque también quiso mostrarse precavido sobre si es viable que Bergoglio sea el primer pontífice de la historia en pisar suelo chino. Y es que, si bien el “está dispuesto a ir” y es algo que “desea”, la “realidad” se impone: “No me parece que hasta ahora se den las condiciones para ello”.

“Verdaderamente, China está cerca de nuestros corazones, cerca de los corazones del papa Francisco y de sus colaboradores”, remachó un Parolin que reiteró el “método Costantini” como el mejor espejo a seguir en el diálogo con las autoridades comunistas de Pekín. Y que da frutos: “Los desarrollos positivos registrados hasta ahora nos dan la esperanza de que seguirán más y mayores. Como resultado del Acuerdo, todos los obispos de la tierra de Confucio están en plena comunión con la Iglesia de Pedro”.

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