España

La clarisas de Belorado culminan su cisma “unánime e irrevocable”





No hay marcha atrás. Las clarisas de Belorado que el 13 de mayo anunciaron su ruptura con la Iglesia católica, hoy han certificado el cisma a través de un comunicado en el que aseguran que su decisión es “unánime e irrevocable”. A través de sus redes sociales anuncian que no acudirán a declarar al Tribunal Eclesiástico de Burgos, después de pedir una prórroga de cinco días tras ser citadas por el arzobispo y comisario pontificio, Mario Iceta.



La nota de las monjas explicitan que han enviado un burofax a Iceta “firmado por las diez monjas ‘requeridas’ a ‘comparecer’”, en el que exponen su decisión de auto excomulgarse. “No tememos a quienes puedan matar el cuerpo, aun por medio de coacciones, imposiciones o bloqueos de suministros, pero nada pueden contra el alma”.

Acusaciones varias

Lo cierto es que hoy expiraba el plazo dado por el Arzobispado de Burgos para que comparecieran tres de las religiosas, incluida la ex abadesa, sor Isabel de la Trinidad, que fueron las que interpusieron la denuncia civil contra Iceta en una comisaría de Logroño acusándose de abuso de poder, usurpar la representación legal y vulnerar el derecho de libre asociación. Las otras siete monjas llamadas a declarar debían comparecer el próximo lunes. Fuera de este peregrinar están las cinco religiosas más mayores y sor María Amparo, la monja que huyó de Belorado por no querer participar de esta dinámica cismática.

Monjas clarisas del convento de Belorado (Burgos)

 “Nos separamos libre y voluntariamente, con unanimidad y alegría de espíritu, por medio del manifiesto católico firmado”, sostienen. Además, otorgan toda autoridad a sor Isabel de la Trinidad, a la que definen como “legítima representante legal de las comunidades, elegida por el Capítulo Conventual, como órgano de Gobierno de las entidades religiosas, en nombre de todas”. Aun así, en el nuevo comunicado, sostienen que este salto es “fruto de madura, meditada y consciente reflexión” y apostillan que fue “refrendado por todas y firmado por nuestra madre abadesa”.

Ejecución final

Sin embargo, en el comunicado no hacen referencia a que la decisión de separarse de la Iglesia debería haberse votado en capítulo, tal y como denuncio sor María Amparo, la religiosa que decidió abandonar el convento tras conocer la voluntad de ejecutar este cisma.

Las religiosas consideran que desde que decidieron el 8 de mayo dieron un paso al frente, no forman parte de la Iglesia católica y, por tanto, no consideran legítima ninguna de las decisiones adoptadas desde Roma o desde Burgos. Por eso, en su nota dada a conocer hoy exponen que “cualquier pena o sanción canónica, impuesta por quienes no son obispos, ni válidos, ni legítimos, ni tienen poder sobre las almas, carecen de efectividad, y son nulas e írritas”. Haciendo suyo el lenguaje de la llamada Pía Unión San Pablo Apóstol liderada por Pablo de Rojas, las monjas evitar referirse a Mario Iceta como arzobispo y hablar de ‘Iglesia conciliar’ para hablar de la Iglesia católica.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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