Una de las propuestas clásicas de san Ignacio de Loyola y de la espiritualidad jesuita son los Ejercicios Espirituales, una propuesta que ahora ya es más accesible para jóvenes entre 16 y 20 años gracia a una adaptación según el sentido de vida del siglo XXI hecha por los jesuitas Sergio García y David Cabrera, la esclava del Sagrado Corazón Montse Chías y el laico y coordinador de pastoral del colegio Padre Piquer Ovi Menéndez. Juntos han publicado ‘Ejercicios espirituales ignacianos. Una experiencia para jóvenes (y no tan jóvenes) de nuestro tiempo’ (Sal Terrae, 2024) dirigido a pastoralistas y acompañantes puedan guiar a los destinatarios en la creación de un futuro esperanzador. Juntos presentan a Vida Nueva el camino casi sinodal que ha supuesto este libro.
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Y no tan jóvenes
PREGUNTA- Repasando los autores del libro, cuatro agentes de pastoral, todo parece indicar que estamos ante un proyecto colectivo. ¿Cómo surge esta idea?
RESPUESTA- Efectivamente este es un libro a cuatro manos. Cada uno de nosotros somos pastoralistas que tenemos, en diversidad de ámbitos, contacto con jóvenes que participan de actividades pastorales y que su espiritualidad es la ignaciana. El proyecto surge desde dos plataformas pastorales: EDUCSI (red de colegios jesuitas) y MAG+S (pastoral ignaciana de 18-30 años). Sus respectivos coordinadores nos presentaron la necesidad de ofrecer a pastoralistas de jóvenes un material que ayudase a mostrar y proponer los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Hay muchas cosas hechas, pero quizás, sueltas y circulando por internet. Pero teníamos el deseo de poder desplegar una adaptación de los Ejercicios para aquellos que trabajan con jóvenes y que puedan ofrecer estos materiales. Al final, los Ejercicios es un itinerario espiritual que conlleva tres claves: buscar y hallar la voluntad de Dios, poner cierto orden afectivo a la vida y configurarse con Cristo. Este proyecto intenta poner lenguaje de hoy a esta propuesta del siglo XVI.
P. – ¿Es en el fondo algo totalmente inédito ya que surge de una verdadera demanda de los pastoralistas que están en primera línea?
R.- Así es. Surge de ese deseo de ayudar a los pastoralistas de jóvenes. El mundo ha cambiado mucho y las nuevas generaciones tienen un talante y un modo distinto. Queríamos poder ofrecer un material ayudador. Este libro tiene dos finalidades, y el subtítulo lo recoge bien: “para jóvenes y no tan jóvenes”. Al ver el resultado final, ya el material elaborado, pensamos que un pastoralista podría beneficiarse doblemente. Podría ayudarle a rezar y también a dar a otros modo y orden para la oración, al estilo de san Ignacio en los Ejercicios Espirituales. También pensamos que quizás haya personas más experimentadas que puedan usarlo para orar y para adentrarse en esta experiencia ignaciana.
El don de los ejercicios
P.- ¿Qué puede aportar a un joven de entre 16 y 20 años la experiencia de los ejercicios ignacianos?
R.- Los ejercicios ignacianos siempre son un regalo. Este es el punto de partida. En el caso de los jóvenes de 16 a 20 años puede ser la oportunidad de abrirse por primera vez a un modo de leer y experimentar su relación con Dios, desde una hondura e intensidad que pueda suponerles un antes y un después en su vida.
Quizás nos pueda parecer que a esas edades son demasiado jóvenes para poder tomarse en serio unos ejercicios o para vivir una experiencia tan exigente en el método: individual, en silencio, con pautas, examen, acompañamiento; o que en medio de un mundo que hace que las personas maduren más tarde, sea una pérdida de tiempo ofrecer esta metodología y esta experiencia, ante jóvenes de una época digital y con poca pausa, que viven lo inmediato, el aquí y ahora, y que parece que en lo espiritual se puedan sentir más atraídos por aquello que les aporte respuestas rápidas, pocas “ralladas” y afecto a flor de piel que les llene. Sin embargo estamos convencidos que tanto el contenido, como el proceso en el que nos adentran los ejercicios espirituales de san Ignacio, son un regalo para aquellos que se acercan a vivir la experiencia. E incluso en medio del silencio y de la metodología, los jóvenes pueden descubrir una manera distinta, nueva y absolutamente regalada de relación con Dios, que les abra a una relación más personal y más vinculante en lo cotidiano, así como a una mirada más cariñosa y reconciliadora hacia sus vidas y al horizonte en el que responder a la pregunta sobre la voluntad de Dios para ellos y el compromiso con el mundo.
Nuestra intención al ofrecer esta guía para pastoralistas es ayudarles a entender que los ejercicios, en contenido y metodología, pueden ayudarles en esa preciosa misión de acompañar el crecimiento espiritual y humano de los jóvenes. Por tanto, puede ser un instrumento, contracultural, pausado y que genere procesos de encuentro con el Señor e incluso un modo de escucha de Dios que desde la novedad pueda abrirles un ámbito enorme de posibilidades para su crecimiento espiritual y religioso.
P.- ¿Y a los no tan jóvenes que se acerquen a esta propuesta?
R.- Casi serviría lo mismo que hemos dicho en el punto anterior. Porque aunque a veces somos excesivamente críticos con los jóvenes en su falta de silencio, interioridad, pausa,… los no tan jóvenes caemos en estas trampas o en otras parecidas que además justificamos con la madurez de nuestros compromisos laborales, sociales e institucionales.
En un momento social y contextual de inmediatez, la propuesta de Ejercicios aporta un modo distinto de reconocernos como criaturas, amadas por un Dios que desea nuestra felicidad y desea cumplir la promesa del vínculo para siempre con nosotros. Adentrarnos en una experiencia de Ejercicios Ignacianos en silencio suele descolocar al inicio, y liberar, casi desde el momento de descoloque inicial. No olvidemos que en el interior de nuestras vidas, de nuestros corazones, Dios habla con más sencillez y fuerza, y probablemente con más claridad. Y son todos los ruidos, rutinas, capas y prisas que nos ponemos en la vida cotidiana, las que nos dificultan escuchar esa voz de Dios que nos habla y nos seguirá hablando.
P.- Y es que, ¿cuál dirías que es la mayor oportunidad que los Ejercicios ofrecen a la sociedad y la Iglesia del siglo XXI?
R.- Principalmente, los Ejercicios son una oportunidad fabulosa para el encuentro con Dios. En una sociedad invadida por la prisa, la sobrestimulacion, la productividad feroz y la queja fácil, los ejercicios proponen una alternativa de encuentro entre el “creador y su criatura” que nos insta a vivir desde el agradecimiento y la gratuidad. Son, como el mismo Ignacio dice, una ocasión para “ordenar”; para reorientar el rumbo y disponerse a un fin que va más allá de lo que me viene dado desde fuera. Son la posibilidad de reavivar nuestros sentidos y hacerlos más sensibles al paso de Dios en nuestras vidas, de modo que vivamos más capacitados para “buscar y hallar a Dios en todo y en todos”.
Así mismo, los Ejercicios Espirituales Ignacianos, son una oportunidad privilegiada para el silencio exterior e interior, que facilita la comunicación con uno mismo y con Dios. Vemos que muchos jóvenes, y no tan jóvenes, de nuestra iglesia buscan oportunidades de encuentro con Dios. La demanda de retiros, de tiempos de oración o adoración, de espacios de silencio e intimidad con el Señor, confirman que la propuesta de San Ignacio sigue teniendo vigencia en nuestra Iglesia. La Espiritualidad Ignaciana es un modo, un lenguaje, una pedagogía avalada a lo largo de los siglos para aquellos que, entonces y ahora, quieren vivir una vida con sentido al estilo de Jesús, identificándose “con Él y como Él”.
Pasar a la práctica
P.- El libro está organizado en cuatro bloques muy específicos con recursos diversos, ¿qué aporta en concreto cada uno de ellos?
R.- Cada bloque tiene una intencionalidad distinta.
- El primero de ellos es lo que hemos llamado Directorio. Ya en la época de san Ignacio, cuando el libro de los Ejercicios comenzó a circular en la Compañía de Jesús naciente, se escribieron unos directorios con la finalidad de dar instrucciones, explicaciones, significados de los Ejercicios a los directores, es decir, a los que dan los Ejercicios a otros. En este bloque hemos querido usar la misma idea. Explicar a un pastoralistas los núcleos más importantes de la experiencia de Ejercicios.
- El segundo bloque es lo que hemos llamado Manual de oración ignaciana. Descubrimos en nuestra experiencia pastoral que una de las cosas que más limita a la oración es no tener un modo y un orden para realizarla. No todas las personas saben orar, y más un joven. Así que aquí hemos querido recoger de una manera práctica algunos de los modos de orar que propone san Ignacio: la contemplación, la meditación, el examen del día, incluso un examen para preparar una buena confesión.
- El tercer bloque, y más amplio, son cuarenta Fichas de oración. Todas tienen el mismo formato: encabeza un texto recuperado de la web pastoralsj.org, que aporta un enfoque a lo que se propone como materia de oración. Después va recorriendo una propuesta de oración y termina la ficha con una oración inspirada. La novedad quizás está en que se pretende que sea muy guiado, para que el joven (y el no tan joven) no le resulten complejos los pasos. Las fichas, en el fondo, recorren todas las propuestas ignacianas de los Ejercicios; pero adaptadas a un lenguaje y una forma que hoy todos puedan acceder para orarlas.
- El cuarto bloque, y último, es un Banco de recursos, donde hemos querido recoger diversas propuestas basadas en los Ejercicios espirituales que puedan ayudar a los pastoralistas a ofrecer un tiempo de oración personal o en grupo, incluso proponemos una entrevista guiada para ver si la persona tiene cierta capacidad, subiecto diría San Ignacio, de poder adentrarse en una experiencia como la de los Ejercicios espirituales ignacianos.
P.- Tras unas semanas en las librerías y un coloquio de presentación, ¿cuáles son los primeros ecos que llegan desde los destinatarios de la obra?
R.- Cuando el libro salió a la venta, muchas personas, sobre todo los más cercanos, nos decían: “voy a leer tu libro”. A lo largo de estas semanas ese tipo de comentarios ha cambiado por otros como “que bueno poder contar con este material para la pastoral” o “estoy deseando ponerlos en práctica”. Los mismos jóvenes universitarios que acompañamos en grupos dicen “¿Nos vas a preparar unos ejercicios con tu libro?” Verdaderamente estamos muy agradecidos y contentos por la aceptación que está teniendo el libro.
Por parte de instituciones, colegios, grupos de pastoral juvenil, parroquias o catequistas ha habido muy buena acogida e interés, pero también son muchos los que lo adquieren a modo particular como guía para su itinerario personal de oración. En las presentaciones que hemos hecho hasta ahora y en la feria del libro, muchas personas se han acercado e interesado por las posibilidades que les ofrece el libro. Confiamos así, pues este es nuestro mayor deseo, que sean muchos los que lleguen a disfrutar del Encuentro con Dios gracias a estos materiales.