El ex secretario particular del papa Benedicto XVI ya tiene trabajo. Georg Gänswein acepta el encargo de Francisco, que le envía como nuncio apostólico en Lituania, Estonia y Letonia.
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El Pontífice da así una nueva oportunidad al arzobispo germano que llevaba casi un año, sin encargo alguno, en su diócesis natal (Friburgo), pues Jorge Mario Bergoglio le obligó a abandonar el Vaticano seis meses después del fallecimiento de Joseph Ratzinger, siguiendo la estela del resto de secretarios papales, como el cardenal Stanisław Jan Dziwisz, quien fuera secretario personal de Juan Pablo II.
Misericordia con Gänswein
El Papa ‘perdona’ de esta manera la “falta de humanidad y nobleza” de Gänswein al publicar su autobiografía el día del entierro de Benedicto XVI en la que cargaba las tintas contra Francisco. “Me dolió que se usara a Benedicto”, remarcó el Papa, aunque sin citar al secretario, en su libro-entrevista ‘El Sucesor’ (Planeta), publicado este mismo año.
“Que el día del sepelio se publique un libro que me pone de vuelta y media, contando cosas que no son verdad, es muy triste”, compartía Bergoglio con el periodista español Javier Martínez-Brocal, en el diálogo que sirve de base para la obra en la que se reconstruye la relación con Benedicto XVI.