La “inquebrantable comunión” del cardenal Cobo con el Papa: “Sin Pedro al timón esta barca no sería la Iglesia”

  • El arzobispo de Madrid celebró la cátedra de San Pedro en la catedral de la Almudena
  • El purpurado clamó contra “las voces de oposición al primado de Pedro, que esconden una dogmatización de gusto personal”

El cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, en la Almudena

“Sin Pedro al timón, esta barca no sería la Iglesia. La comunión con el Papa marca la diferencia entre la pluralidad y la dispersión, entre la unidad y la ruptura. Cuanto más vivimos la comunión afectiva y efectiva con el Sucesor de Pedro, más viviremos la comunión afectiva y efectiva con toda la Iglesia”. Así lo afirmó ayer el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, en la catedral de la Almudena, que acogió la celebración de la cátedra de San Pedro.



Según expresó el purpurado, “en este momento especial de la historia, con voces de oposición al primado de Pedro, que esconden la oposición al Concilio Vaticano II o una dogmatización de gusto personal por encima de la comunión, con cuestionamientos del Magisterio del Papa, se pueden dar ideologías mundanas o grupos sectarios que, separándonos del Cuerpo nos separaran de Cristo, la Cabeza de la Iglesia”.

Por ello, “mirar hoy a Pedro es un acto interior de fidelidad y de honda fe católica”, porque “sin Pedro nos perderíamos”, aseguró ofreciendo la “inquebrantable comunión” de la Iglesia en Madrid con Francisco.

A la celebración en la que Cobo ha proclamado a los cuatro vientos la comunión con Pedro también asistieron los cardenales eméritos Carlos Osoro y Antonio María Rouco Varela, y los obispos auxiliares José Antonio Álvarez y Vicente Martín.

El nuncio Bernardito Auza y los cardenales Carlos Osoro y Antonio María Rouco Varela en La Almudena

El nuncio Bernardito Auza y los cardenales Carlos Osoro y Antonio María Rouco Varela en La Almudena

Saludos del nuncio Auza

En su alocución, Cobo también dio gracias por el “ministerio de Francisco en la vida de la Iglesia”. Al tiempo, puntualizó que “nosotros no queremos estar en otras barcas más cómodas y personalizadas, sino en la barca de la Iglesia”.

Asimismo, el purpurado a animado a no tener miedo, porque, como decía el papa Benedicto XVI, “la barca es del Señor y no la dejará hundirse”.

Al concluir la celebración, el nuncio apostólico en España, Bernardito Auza, trasladó a los presentes en la catedral la bendición apostólica del papa Francisco: “La presencia cristiana de cada uno de ustedes manifiesta la veneración a Su Santidad”.

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