Las diez clarisas excomulgadas rompen su silencio después de trascender que el falso obispo excomulgado Pablo de Rojas y su portavoz José Ceacero, han abandonado su convento. A través de un comunicado firmado por todas las religiosas que el pasado 8 de mayo decidieron separarse de la Iglesia católica, explicitan, tal y como adelantó en exclusiva ‘Vida Nueva’, que ambos han abandonado las instalaciones “de forma voluntaria y sin ningún tipo de coacción”. “No se ha procedido a la expulsión de nadie de nuestras instalaciones por la fuerza”, aseguran sobre un planteamiento que ningún medio de comunicación ha manejado hasta el momento.
Es más, dan por terminado su vínculo con la llamada Pía Unión San Pablo Apóstol al subrayar que “nos apartamos de su jurisdicción”. “A día de hoy caminamos libres y solas en defensa de la fe católica”, entonan en su escrito.
Más allá de esta explicación, las consagradas defienden en el comunicado que ellas son los “legítimos poseedores” del monasterio que habitan. Además, entonan su particular ‘no nos moverán’ ante la petición de desalojo del arzobispo de Burgos y comisario pontificio, Mario Iceta: “Protestamos ante las amenazas al recurso a la fuerza pública para nuestro desahucio, que sólo cabría si se acompaña de una resolución judicial contra nosotras que, además, en tal caso, habría de ser por nosotras incumplida en período de ejecución voluntaria”.
“No reconocemos, en la presente situación, autoridad alguna a nadie más que a los Tribunales de Justicia, para ordenar nuestro desalojo”, remarcan, dando por cerrado su vuelta al rebaño de la Iglesia católica. Es más, reiteran en su comunicado su deseo de “separarnos de la Iglesia conciliar en un clima conflictivo”. Desde ahí, justifican su decisión de inscribirse como asociación civil y dejar permanecer en el registro de entidades religiosas. De la misma manera, aseguran que no tienen “el menor ánimo especulativo, pues nuestro patrimonio está ligado de forma vitalicia a la labor que desempeñamos”.
Para defender que son las dueñas del convento, exponen que el monasterio de Belorado “consta inmatriculado en el Registro de la Propiedad en virtud de un documento privado de 1969 que confiere el 100% de su pleno dominio a la Comunidad de Religiosas Clarisas de Belorado, sin que conste mayor condición o carga añadida”.
Las clarisas, a través de su comunicado quieren “salir al paso de las acusaciones sobre una supuesta trama inmobiliaria”. El grupo liderado por sor Isabel de la Trinidad asegura que estas hipótesis “resultan ridículas” sea “entendida como la suma aritmética de los Conventos de los que se nos pretende echar hasta las puertas de la misma calle, sin recursos y sin alternativa habitacional”.
Como ya hicieran en otro comunicado previo, acusan al arzobispo de Burgos de haberles “intervenido las cuentas corrientes (cuyos saldos conocen), nuestras nóminas, nos han dejado sin poder atender los pagos de los proveedores de materia prima para nuestros dulces, no podemos acceder a nuestras propias notificaciones”,