Las monjas cismáticas del convento de Belorado expulsan a Pablo de Rojas y José Ceacero

Las clarisas excomulgadas de Belorado habrían expulsado del convento al falso obispo Pablo de Rojas y a su colaborador José Ceacero, garantes de la llamada Pía Unión San Pablo Apóstol. Según ha podido saber Vida Nueva en exclusiva y por varias fuentes, la decisión habría sido tomada después de la reunión que el lunes 24 de junio habría mantenido el grupo cismático liderado por sor Isabel de la Trinidad con el equipo jurídico que han contratado para que las representen en esta desventura, formado por el bufete de Sarabia y Asociados, GTRS y el notario Florentino Aláez.



Las propias religiosas excomulgadas se habrían comunicado ya con sus familiares para darles a conocer la salida de sus hasta hora mentores espirituales. Vida Nueva ha intentado, sin éxito, contactar con José Ceacero. Sí lo ha hecho con Pablo de Rojas, que, sin dar más detalles, admite estar en Bilbao y afirma que no va a hacer declaraciones al respecto. De la misma manera, esta publicación se ha puesto en contacto con parte del equipo jurídico contratado por las religiosas, que se remiten a una “cláusula de confidencialidad” para no confirmar ni desmentir esta información

Al parecer, durante estos días, este equipo jurídico habría realizado una radiografía de la situación en la que se encuentran los bienes inmobiliarios y financieros de las religiosas. En la auditoría realizada habrían recopilado información suficiente que llevaría a dejar al descubierto al fundador de la Pía Unión y a su portavoz.

Las monjas de Belorado, acompañados de José Ceacero

Así pues, el desmontaje llevado a cabo estas últimas semanas por los medios de comunicación sobre los dos mentores espirituales y las advertencias lanzadas desde el Arzobispado de Burgos sobre los compañeros de camino elegidos por las monjas, no habrían gozado de credibilidad para las residentes en el monasterio. Sin embargo, sí habrían resultado creíbles para ellas las evidencias ofrecidas por los asesores jurídicos que ahora las respaldan. De hecho, tras el diálogo con este equipo, habría brotado cierto temor en la propia comunidad en que Pablo de Rojas y José Ceacero se pudieran quedar como ‘okupas’ si permanecían más tiempo en el recinto del cenobio.

Limbo espiritual

Hasta donde ha podido saber esta revista, esto no significaría que las diez clarisas  excomulgadas quisieran volver a la Iglesia católica. Es más, si no han cambiado de parecer en las últimas horas, en estos días, previsiblemente el viernes, tendría lugar una comparecencia pública en la que se explicaría en qué escenario se moverían ahora, eso sí, al margen de Roma.

Entre las hipótesis que se estarían barajando figuraría la posibilidad de inscribirse como asociación civil y, de esta manera, intentar poner a su nombre los conventos para intentar hacerse con su propiedad. Sin embargo, este extremo no llegaría a buen fin, según lo manifestado en estas semanas por el Arzobispado de Burgos en relación a la titularidad de la Iglesia desde hace seis siglos.

Además, en este particular limbo espiritual en el que se encuentran las ex monjas, fuera de la Iglesia católica y también de la llamada Pía Unión, podrían estar dispuestas a vivir sin sacramentos durante un tiempo.

¿Autoridad cuestionada?

En cualquier caso, diferentes voces cercanas al monasterio comienzan a dejar caer que la autoridad y credibilidad que hasta ahora tendría sor Isabel de la Trinidad sobre sus hermanas podrían estar resquebrajándose. La confianza plena mostrada en su capacidad de liderazgo en estos últimos años, tanto en materia espiritual como en su gestión de las finanzas y el patrimonio inmobiliario, quedaría en entredicho después de constatar la encrucijada en la que se han visto envueltas por no pocas erradas decisiones: una excomunión propiciada por un falso obispo excomulgado y un falso cura barman también excomulgado.

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