Las grabaciones de las llamadas telefónicas de la mujer están siendo utilizadas en la investigación de la muerte de José Félix Cirujeda
No hay cadáver al que hacer autopsia, pero sí conversaciones telefónicas. Y es que la transcripción de las conversaciones que la cuidadora investigada junto al párroco de Cullera por la muerte de José Félix Cirujeda se han convertido en una parte fundamental de la investigación, tal como adelanta Levante.
Y es que, en una llamada telefónica con su hija, la cuidadora, de 62 años, señala directamente al cura: “Ha cogido a un montón de abuelos con las herencias”, dice, dando a entender que no es la primera vez que el sacerdote habría tratado de recibir la herencia de ancianos fallecidos.
Una herencia que, en el caso de José Félix, iba a percibir, ya que había donado a la parroquia 6.000 euros, aunque, según el párroco, los había rechazado. Algo que contrasta con la versión de la cuidadora, quien en otra conversación telefónica asegura que este le había pedido 15.000 euros a ella, a quien el anciano había nombrado heredera universal.
La denuncia la hizo el sobrino del anciano, quien había acudido al sacerdote en busca de ayuda para cuidar a su tío. El cura le puso en contacto con la mujer, la cual comenzó a trabajar rápidamente.
Solo cuatro días después de la incorporación, José Félix comenzó a sufrir alucinaciones y su estado empeoró paulatinamente hasta que finalmente falleció dos meses después, habiéndola hecho a ella heredera universal y habiéndole donado todos sus bienes.
“Si te insinúan que lo envenenaste, perdona yo le daba la medicación que me han dicho y punto”, le indica el cura a la mujer en otra conversación. “Van a por ti en todo, en todo lo que sea posible”, le adelanta el párroco de la parroquia San Antonio Abad. “¿A por mí? A por ti irán también”, responde la cuidadora. “A por mí no, a por ti”, contesta el sacerdote.