“Rechazamos la instrumentalización ideológica y los discursos alarmistas que puedan tener lugar en torno a menores migrantes o al complejo fenómeno de las migraciones”. Así lo remarcan los obispos de Canarias en una nota publicada hoy y titulada ‘Una luz de esperanza para los menores migrantes’.
Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife; José Mazuelos, obispo de Canarias, y su auxiliar, Cristóbal Déniz, vuelven a escribir, después de su primera carta del 8 de octubre de 2023, “preocupados” por la realidad migratoria en las islas.
Ahora, “en fidelidad con el Evangelio”, recuerdan que “el repunte migratorio responde a un contexto internacional de falta de seguridad y futuro en dignidad en muchos países condicionados por los desequilibrios del comercio internacional; guerras inducidas en países para controlar riquezas mineras; gobernantes que no procuran el bienestar de sus pueblos, con la complacencia de gobiernos y empresas multinacionales; el lucro en torno al comercio de armas y el negocio del tráfico de personas”.
Asimismo, añaden: “Sin condiciones de vida, trabajo, dignidad para las poblaciones de los países emisores no será fácil reducir los flujos migratorios”.
De la misma forma, insisten en que “muchos de estos hermanos nuestros no iniciarían un viaje tan incierto y peligroso si en sus pueblos y países se vivieran situaciones más justas y si España y Europa promovieran más eficazmente vías para una migración legal, ordenada y segura”.
En su escrito, los prelados reconocen “las aportaciones que hacen las personas migrantes a nuestra sociedad son notables”. En este sentido, hacen “una llamada a todos para crear la cultura del encuentro, superar la fobia al extranjero, luchar contra las mafias y favorecer el desarrollo de los países de origen”.
Por otro lado, los obispos afirman ser conscientes del “esfuerzo extraordinario de gobernantes y de la sociedad canaria, pero a su vez, observamos que los centros de acogida vuelven a estar saturados y la insuficiencia de infraestructuras dificulta una acogida digna y acorde con los derechos humanos de las y los menores no acompañados”.
En otro orden, los prelados muestran su alegría ante la noticia de que “nuestros gobernantes y la mayoría de nuestros políticos han abierto un camino de esperanza para ayudar al pueblo de Canarias a dar solución a esta realidad”.
Así, alientan “al diálogo y las iniciativas promovidas entre diferentes administraciones públicas para materializar la solidaridad interterritorial e invitamos a todos los gobiernos autonómicos a seguir abriendo caminos que favorezcan modelos de acogida integral destinados a promover la capacitación laboral y la integración de estos jóvenes”.
Los obispos concluyen su carta encomendando a la Virgen María a todos aquellos que “murieron en el océano, para que gocen ya del amor eterno de Dios”.