“La paz es tarea de cada uno de nosotros a partir de nuestra vida cotidiana, en nuestras ciudades, en nuestros países, en el mundo”. Así lo afirmaba, tal como recoge Vatican News, el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en su discurso pronunciado de ayer, 2 de julio, en la Embajada de Italia ante la Santa Sede, con ocasión de la V edición del Premio Literario de Embajadores ante la Santa Sede, concedido en esta ocasión a Piero Damosso, periodista de la RAI, por su libro ‘¿Puede la Iglesia detener la guerra? Una investigación sesenta años después de Pacem in Terris’ (San Paolo).
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Por ello, durante su discurso el purpurado recordó el contexto histórico en el que se forjó la encíclica de Juan XXIII, e instó a insistir en la labor diplomática de la Iglesia ante los conflicto abiertos en la actualidad en diversas partes del planeta.
Antes del acto, el Parolin se detuvo a hablar con los periodistas y, preguntado por los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, subrayó que “la guerra nunca es una guerra justa”. “Sabemos que sobre el concepto de guerra justa se discute mucho hoy en día, la guerra justa es la guerra de defensa”, apuntó el cardenal. “Pero hoy con las armas de las que disponemos se hace muy difícil este concepto, creo que todavía no hay una posición definitiva sino que es un concepto en revisión”.
Esperanza de paz
En cuanto a Ucrania, apuntó que espera que “pueda haber una tregua, y después negociaciones”. A la luz del intercambio de prisioneros para el que la Santa Sede ha mediado con éxito, el cardenal imagina en el horizonte que podría haber otras liberaciones “porque es un mecanismo que funciona distinto del de los niños. En ese caso intervienen varias realidades. En el caso de los presos se trata esencialmente de un intercambio de listas que se entregan a las dos partes, así que imagino que esta actividad continuará un poco, lo que me parece muy positivo y puede crear condiciones que podrían favorecer también la paz y posibles negociaciones”.
Por último, habló sobre las próximas Semanas Sociales de Trieste, que se sellarán con la visita del Papa el domingo 7 de julio. El tema sobre la mesa es la democracia, un asunto que Parolin considera de acuciante actualidad “porque la democracia está en crisis en muchas partes del mundo y creo que también toca mucho a los católicos reiterar la importancia y la necesidad de estar a favor de la democracia y sobre todo de llenarla de valores”.
“La democracia no es un simple ejercicio matemático, quién tiene más y quién tiene menos, sino que es, sobre todo, un ejercicio de valores, de inspirarse en valores que hacen posible la convivencia social”, concluyó Parolin. “Por eso creo que la aportación que pueden hacer los católicos es muy válida, espero que de estas Semanas Sociales salga algo bueno”.
