A finales de junio, la Secretaría de Gobernación (Segob) solicitó a algunos obispos de México proporcionar un directorio con los datos de contacto de sus sacerdotes a fin de invitarlos a participar en un curso virtual sobre ‘Símbolos patrios’.
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A través de una carta firmada por el director General de Cultura Democrática y Fomento Cívico, Julio César Hernández Martínez, la Segob argumenta la importancia de formar en el orgullo y pertenencia por los símbolos patrios entre la población, pues -señala- esto contribuye de manera importante en la generación de sentimientos que refuerzan el respeto y culto por la Patria, y permite lograr los objetivos que el gobierno de la Cuarta Transformación ha fijado para los mexicanos en el periodo 2020-2024.
Este 2 de julio, también ha comenzado a circular un comunicado firmado por el presidente y el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López y Ramón Castro, respectivamente, en el que advierten a los obispos sobre esta petición de la Segob.
Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López. Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano
Las cuatro recomendaciones de la CEM
Al respecto, la CEM hizo cuatro recomendaciones, siendo la primera, preservar la privacidad de los sacerdotes y ministros, no proporcionando directorios o información de contacto directamente a la Secretaría de Gobernación.
La segunda recomendación es velar por el respeto a la autonomía y libertad de decisión de cada miembro del clero, por lo que, si algún sacerdote desea participar en el curso mencionado -dice la CEM- puede hacerlo por iniciativa propia, inscribiéndose directamente en el sitio web oficial de la Secretaría de Gobernación.
La CEM también recomienda mantener una relación respetuosa, pero independiente con las autoridades civiles, salvaguardando la separación Iglesia-Estado consagrada en la Constitución Mexicana, y por último, no olvidar que la misión de los ministros ordenados es pastoral y espiritual. “Aunque valoramos el civismo, debemos enfocarnos en nuestras responsabilidades eclesiales“, señaló.
El presidente de los obispos confió en el buen juicio de cada miembro del episcopado para manejar esta situación en su respectiva diócesis, “siempre velando por el bien de la Iglesia y respetando nuestros principios”.
