El secretario general de la Conferencia Episcopal Española valora la deriva del convento burgalés: “Se le ha tendido las manos a las monjas, pero la pertenencia a la Iglesia no se puede imponer”
“Aunque no se lo crean, no se ha hablado oficialmente de Belorado. No ha habido en el orden del día ‘caso Belorado’”. Con esta naturalidad, el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, César García Magán, se refería a la excomunión de diez clarisas del convento burgalés, durante la rueda de prensa final de la Comisión Permanente, celebra esta semana en Madrid.
De la misma manera, explicó que “en las comidas, en los intervalos, en el café, sí le hemos preguntado al arzobispo de Burgos”. Sin desvelar detalle alguno del estado en el que se encuentra el proceso, sí puso en valor cómo el equipo de Mario Iceta “está actuando con caridad, claridad y mucha, mucha paciencia”. “Se le ha tendido las manos a las monjas, pero la pertenencia a la Iglesia ni se puede imponer a nadie ni se puede impedir a nadie cuando decide salir”, comentó al paso.
“Es un tema doloroso, porque romper la comunión eclesial y declararse en cisma es muy lamentable”, aseveró el portavoz de los obispos, consciente de que un hecho así “nos parece una cosa de la Edad Media o de la Edad Moderna, pero se vuelve a poner en primer plano esa situación”, “Es incomprensible lo que ha ocurrido con las religiosas y con los personajes que han estado en el entorno”, compartió el también obispo auxiliar de Toledo.
Con Belorado como punto de partida, García Magán apuntó que “san Francisco de Asís y Santa Clara vivieron una época eclesial más complicada que la actual. Pero, los grandes reformadores de la Iglesia, reformaron la Iglesia desde dentro y no desde fuera. La diferencia entre Lutero y san Ignacio de Loyola y Teresa de Jesús es que se quedaron dentro”.