Habían pasado algunas horas desde que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, finalmente, notificase su decisión sobre el futuro del arzobispo Carlo Maria Viganò: excomulgado por cisma. Unas horas en las que el ex nuncio en Estados Unidos había guardado silencio, solo roto por algunos mensajes en X (anteriormente Twitter) en el que algunos se solidarizaban con su situación y que él mismo había compartido.
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Sin embargo, a media tarde el arzobispo lanzaba un escueto mensaje en la red social. Un mensaje en el que comparte el documento por medio del cual el Vaticano le ha notificado la decisión y que, según él, confirma “la fe católica” que profesa “plenamente”.
“Este es el texto del decreto que me han enviado por correo electrónico hoy a las 13:14 hora italiana”, señala Viganò. “Lo que se me atribuyó como culpa por mi condena ahora queda registrado, confirmando la fe católica que profeso plenamente”. Y afirma: “Les digo a mis hermanos obispos: ‘Si calláis, las piedras gritarán’ (Lc 19,40)”.
This is the text of the decree that was sent to me via email today at 1:14 pm Italian time. What was attributed to me as guilt for my conviction is now put on the record, confirming the Catholic Faith that I fully profess.https://t.co/p0ITQKHL3C
I say to my brother Bishops:…
— Arcivescovo Carlo Maria Viganò (@CarloMVigano) July 5, 2024
El documento del Vaticano
Y es que para Viganò la fe católica es la suya, no la del Concilio Vaticano II y, mucho menos, la de Francisco: “Para el católico la Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica, para Bergoglio la iglesia es conciliar, ecuménica, sinodal, inclusiva, inmigracionista, ecosostenible, gay-friendly”, decía hace unos días en el documento “Yo acuso”.
Mientras, el documento del Vaticano, cuyas acusaciones Viganò parece suscribir, aparece firmado por el prefecto de Doctrina de la Fe, Victor Fernández (“Tucho”). En él, se expone todo lo sucedido: desde cómo las palabras de Viganò, publicadas en múltiples medios, demuestran su “insumisión” al Papa y al Concilio Vaticano II, hasta las invitaciones de la Santa Sede a hablar a Viganò antes de proceder a abrir el proceso judicial contra él. Invitaciones a las que el arzobispo no respondió y juicio al que no se presentó.
Del mismo modo, el documento refleja que “el levantamiento de la censura en estos casos está reservado a la Sede Apostólica”. O, lo que es lo mismo, que Doctrina de la Fe deja la puerta abierta a un arrepentimiento -que no tiene visos de llegar- y a la misericordia del papa Francisco.