Bogotá acogió a teólogos y teólogas de América Latina y el mundo, cobijados por el encuentro ‘La renovación de las iglesias locales con perspectiva sinodal’. Iniciativa que organizó, en su sede, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) para analizar las implicaciones del Sínodo 21-24 y su influencia en las parroquias como parte de un proyecto de investigación impulsado por su equipo de asesores teológicos. Es así como del pasado 24 al 28 de junio, con jornada de reflexión incluida, los expertos diseccionaron las discusiones en tres aspectos: los consejos pastorales diocesanos, la renovación del ministerio en cuanto al rol de las mujeres y los procedimientos para la selección y nombramiento de obispos.
El sacerdote argentino Carlos Schickendantz, del equipo organizador del encuentro sinodal, explicó a ‘Vida Nueva’ que “no pensamos tanto en ponencias largas y extensas, sino más en pequeñas contribuciones que dieran origen a una conversación y hubo distintos módulos”. Por su parte, el teólogo venezolano Rafael Luciani, durante su intervención, señaló que la sinodalidad “ha abierto una nueva etapa en la vida de la Iglesia, porque profundiza la eclesiología del Pueblo de Dios del Concilio Vaticano II e invita a una renovación de las Iglesias locales”. Así pues, la teoría y la práctica se han conjugado en este espacio de encuentro.
Sobre este aspecto, Agenor Brighenti, teólogo y sacerdote brasileño, aseguró que “teológicamente, seamos sinceros, no hay nada que impida a las mujeres acceder a ministerios ordenados”, de hecho, en Brasil hay más de 70.000 comunidades, en especial de la Amazonía, que “equivalen al 76% de fieles, que celebran sin eucaristía y muchas religiosas y laicas las presiden”. Así, el presbítero apostilla: “Recuerdo que esta discusión [sobre ministerios ordenados] se hizo en los años 80 y se determinó que en la Iglesia primitiva había comunidades donde no se tenía claro que hubiera ministros ordenados”.
Por supuesto, es un tema recurrente la participación de mujeres, que si bien han logrado “un mayor protagonismo” en el pontificado de Francisco hay deudas pendientes aún. Así piensa Birgit Weiler, misionera alemana radicada en Perú y consultora de la Secretaría General del Sínodo, quien durante este encuentro versó sobre la Asamblea Eclesial (2021). Al respecto, cuestionó que faltó “mayor representatividad de mujeres” en esta Asamblea latinoamericana, respecto a su proceso de escucha que alcanzó el 67%, pero en México solo participó un 34%. Weiler admite que cuesta posicionar entre los propios episcopados la participación de las mujeres, solo unos pocos, como Chile y Bolivia, por ejemplo, han comenzado a avanzar en esta dirección. “Hace falta mucha voluntad y discernimiento”, señala.
Isabel Corpas, invitada especial a este encuentro de teología sinodal y representante de la Asociación colombiana de teólogas, apunta que el tema de mujeres “está sobre el tapete” y advierte que está el riesgo latente de convertir el diaconado femenino en “un premio de consolación” y “nosotras quedar de segundonas”. Es poco optimista sobre la segunda vuelta del Sínodo 21-24 y aunque las propuestas sobre mujeres no prosperen, está segura de que “los cambios vendrán de abajo”, lo que implica “un cambio de mentalidad para deconstruir lo que se ha impuesto a lo largo de la historia”.