El pasado viernes, 5 de julio, se hacía pública la sentencia por medio de la cual el Dicasterio para la Doctrina de la Fe formalizaba la excomunión del arzobispo y ex nuncio Carlo María Viganò al haber sido hallado culpable de cisma ante “sus declaraciones públicas” que “muestran su negativa a reconocer al Sumo Pontífice y la autoridad magisterial del Concilio Vaticano II”.
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Y lo cierto es que el ex nuncio en Estados Unidos nunca ha ocultado sus opiniones, ni ante la prensa ni en sus escritos ni en declaraciones públicas. Pero todo ello quedaba recogido con la creación de la Fundación Exsurge Domine y su web homónima, nacida con el objetivo de “ayudar a sacerdotes y religiosos víctimas de las purgas bergoglianas”.
En este sentido, llama la atención que ‘Exsurge Domine’ es el nombre de la bula de León X, publicada el 15 de junio de 1520, y que fue la primera respuesta del Vaticano a las que se consideraban herejías de Martín Lutero y sus 95 tesis, sobre todo a aquellas que se oponían al papado.
Sin embargo, la ‘Exsurge Domine’ del siglo XXI es precisamente una campaña en contra del papado de Francisco. “No sorprende entonces que quienes no obedecen a una autoridad pervertida y corrupta sean objeto de una purga despiadada, primero ridiculizando su disidencia, luego patologizándola y finalmente criminalizándola”, afirma en la web.
Contra la Iglesia conciliar y el Nuevo Orden Mundial
Aquí, Viganó introduce incluso su propia opinión ante la pandemia de la Covid-19: “No es casualidad que la persecución sufrida en el ámbito civil por los médicos -que durante la pandemia trataron a los enfermos con terapias eficaces- sea un reflejo de la sufrida por los sacerdotes y religiosos, que como médicos de almas se encuentran -desde el Concilio Vaticano II- sometidos al ostracismo feroz y despiadado de una autoridad eclesiástica no menos corrupta que la civil”.
Entraría, entonces, la Iglesia en este supuesto “nuevo orden mundial”: “Frente a las ruinas acumuladas por la destrucción llevada a cabo por la secta conciliar esclava del Leviatán, se impone una acción clara mediante la cual se dé una señal inequívoca a quienes utilizan la autoridad y los medios de la Iglesia para construir la antiiglesia del Nuevo Orden Mundial”.
En el texto, escrito por Viganò, se explica que la fundación quedaba constituida bajo su “patrocinio personal”. Además, explica que presidente de la misma “es un laico que goza de mi plena confianza, mientras que en la Junta Directiva figuran también sacerdotes”. Este laico al que hace referencia Viganò es el conde italiano Giuseppe Vanicelli Casone.
“Mi decisión de sostener y promover esta iniciativa quiere ser un primer paso de una acción más amplia en defensa del Magisterio católico, hoy seriamente amenazado por una Jerarquía que no duda en demoler la Iglesia de Cristo para complacer al mundo y sus instancias de destrucción y muerte”, asevera Viganò, animando, asimismo, a colaborar económicamente con la fundación.
Su propio monasterio y escuela
Después del nacimiento de la fundación, Exsurge Domine subraya, en su cronología, que desde mayo de 2023 “está creando una aldea monástica para los clérigos, religiosos y religiosas que fueron objeto de las purgas bergoglianas. Nos ofrecieron un terreno y una propiedad que requiere importantes obras de renovación y adecuación”.
Además, Viganò explica que, a su vez, está creando una ‘Escuela tradicional’ en Viterbo. “En los últimos años, un número cada vez mayor de sacerdotes, seminaristas y jóvenes que se sienten llamados al servicio de Dios en fidelidad a la Tradición católica han acudido a mí en busca de ayuda y apoyo: ha llegado el momento de organizar una red de apoyo y resistencia para poner fin poner fin a esta desastrosa situación”, explica.
“Esto es tanto más necesario en un momento en que los Seminarios, distorsionados en disciplina y formación doctrinal, son receptáculos de corrupción y escuelas de herejía para los pocos que todavía se atreven a aventurarse allí”, asevera el ex nuncio, ahora excomulgado. “Por lo tanto, necesitamos una formación sólida e intransigente para el sacerdocio, que sea económicamente autosuficiente para no temer represalias del Vaticano”.
La estructura adecuada, dice, para albergar el Collegium “ha sido identificada en una gran propiedad en la provincia de Viterbo”, de la cual las obras “ya se encuentran avanzadas, tanto en lo que se refiere a la renovación y restauración de los edificios existentes, como a la construcción de los edificios de nuevo diseño”. “El Collegium tiene una iglesia con coro, centro de la vida de los clérigos y religiosos”, explica. “La casa de sus siervos se desarrolla alrededor de la casa de Dios: la sala capitular, las aulas para las lecciones, el refectorio con las cocinas y espacios anexos, las celdas y todo lo que debe tener una ciudadela de vida cristiana. También se creará una casa de huéspedes en la propiedad para recibir a quienes quieran conocer la comunidad, reunirse en oración o seguir un retiro espiritual”.