“Quien no vive para servir no sirve para vivir”. Con estas palabras del papa Francsico se presenta el nuevo obispo coadjutor de Urgell, Josep-Lluís Serrano Pentinat, de 47 años, ante la diócesis que pastorea actualmente Joan-Enric Vives. A partir de ahora, Serrano trabajará mano a mano con Vives hasta que el Papa acepte definitivamente la jubilación del también copríncipe de Andorra. “Soy enviado a esta Iglesia diocesana a conocer para amar, y a amar para conocer la tierra, a las personas y tradiciones de esta milenaria Iglesia”, expone en una carta de saludo a la diócesis este diplomático vaticano. Juntos han comparecido ante los medios de comunicación a mediodía, tras conocerse la designación de Serrano.
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El nuevo obispo expone que se une a “colaborar y aprender” de Vives y de todos los católicos de Urgel. “Sentirse comunidad significa compartir, cuidar a los demás, ayudar, aprender y sobre todo servir”, apunta uno de los más estrechos colaboradores en la Secretaría de Estado de la Santa Sede del sustituto para Asuntos Generales, Edgar Peña Parra.
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Por su parte, el obispo de Urgel, de 74 años, ha correspondido con otra misiva en la que explica que a partir de ahora “trabajaremos en comunión, complementariamente, viviremos juntos y nos comunicaremos las cosas y los criterios para mejor servir a la Diócesis y al Principado de Andorra”. “Es una nueva etapa para la Diócesis, que seguro que nos renovará y hará crecer”, plantea Vives, convencido de que “hay que amar y acoger de verdad, con alegría y desprendimiento”.
Desde el punto de vista más personal, reconoce que “para mí también comienza una nueva etapa vital y el aprendizaje de dejar paso al nuevo Obispo, a saber disminuir para que el otro crezca y hacer equipo, aportando la oración y la experiencia, que son virtudes fundamentales para una comunión efectiva y una colaboración armoniosa”.