Los Caballeros de Colón cubrirán con tela las obras de arte en mosaico de Marko Rupnik en los espacios de culto en el Santuario Nacional de San Juan Pablo II en Washington, DC, y en la Capilla de la Sagrada Familia en la sede de los Caballeros en New Haven, Connecticut.
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Así, tal como recoge Crux, lo decidieron ayer, 11 de julio, tras un “proceso de reflexión” en el que se decidió que las obras estarán cubiertas, al menos, hasta que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe tome una decisión sobre los casos de abuso sexual pendientes contra Rupnik, momento en el que no descartan que sea necesario colocar una cubierta de yeso permanente.
“Los Caballeros de Colón han decidido cubrir estos mosaicos porque nuestra primera preocupación debe ser por las víctimas de abuso sexual, que ya han sufrido enormemente y que pueden resultar aún más afectadas por la continua exhibición de los mosaicos en el Santuario”, explicó el caballero supremo, Patrick Kelly. “Esta decisión se basa en un propósito fundamental de los Caballeros de Colón, que es proteger a las familias, especialmente a las mujeres y los niños, y a aquellos que son vulnerables y no tienen voz”.
Santuario Juan Pablo II en Washington, DC
Nuevas medidas
Pero las medidas no se limitan a esto. Además de cubrir los mosaicos, los Caballeros también implementarán distintas iniciativas para solidarizarse con las víctimas de abuso sexual, entre las que se incluye proporcionar materiales educativos sobre los mosaicos que dejen en claro que la exhibición continua de los mosaicos en el santuario durante el proceso de consulta no tenía la intención de “ignorar, negar o disminuir” las acusaciones de abuso contra Rupnik.
Asimismo, pretenden incluir una oración de los fieles por las víctimas de abuso sexual en todas las misas del santuario, donde se conmemorarán de forma especial festividades de santos con una conexión especial con las víctimas de abuso, como Santa Josefina Bakhita.
“Si bien las opiniones variaron entre los consultados, hubo un fuerte consenso en priorizar las necesidades de las víctimas, especialmente porque las acusaciones son actuales, no resueltas y horribles”, subrayó Kelly, convencido de que los santuarios son lugares de sanación, oración y reconciliación que “no deberían causar más sufrimiento a las víctimas”.
“En Estados Unidos, los católicos siguen sufriendo de una manera particular por las revelaciones de abusos sexuales y, en ocasiones, por la respuesta de la Iglesia”, añadió Kelly. “Para nosotros es claro que, como patronos de un santuario nacional, nuestra decisión debe respetar la necesidad especial de sanación de este país”.
