“Jesucristo es el centro vivo que puede dar sentido a la vida, y la fuente para sustentar la verdadera fraternidad fundada en la justicia, la paz y la reconciliación”, apostilló en su homilía
“Hoy, lleno de gratitud, regreso a ésta que es mi casa con un encargo que colma de alegría mi corazón: transmitirles a todos ustedes el cálido saludo que su Santidad, el papa Francisco, les dirige como Padre y Pastor”. Con estas palabras comenzaba Edgar Peña Parra, suplente para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, su homilía durante la celebración eucarística en la Basílica de Suyapa con motivo de la reapertura de la Nunciatura Apostólica en Tegucigalpa (Honduras).
“Después de los cuatro años de mi servicio en la Nunciatura Apostólica, la última vez que tuve la oportunidad de venir como peregrino a esta hermosa Basílica de Nuestra Señora de Suyapa fue en el año 2011″, recordó Peña Parra.
Asimismo, señaló que, “en su amor infinito, Dios ha dispuesto que cada santuario mariano sea un rincón donde la Virgen, atenta y vigilante, acoge a sus hijos y les recuerda que ella continúa acompañándolos en su peregrinación hacia la Patria celestial”. Por lo cual, “el caminar de María es también el caminar de la Iglesia. María es madre que camina con la Iglesia, que también es madre, nuestra madre”.
Además, Peña Parra señaló que “en este tiempo tristemente marcado por el horror de la guerra, el maltrato de nuestra casa común, la pobreza escandalosa y arrogante que golpea a tantos de nuestros prójimos, imploremos la intercesión de Nuestra Señora de Suyapa para que, al igual que ella, también nosotros acojamos en nuestro corazón al que es la Palabra, y demos testimonio al mundo entero de que sólo Jesucristo es el centro vivo que puede dar sentido a la vida, y la fuente para sustentar la verdadera fraternidad fundada en la justicia, la paz y la reconciliación”.