En una carta dirigida al Pontífice, el también productor de cine le solicita “conservar este tesoro espiritual y cultural”
El actor y productor de cine, Eduardo Verástegui, publicó en sus redes sociales una carta dirigida al papa Francisco, fechada el 14 de julio, en la que le pide no suprimir en México la misa tridentina, pues se trata de un “tesoro espiritual y cultural que se debe conservar”.
En su misiva, Verástegui explica al Papa que “en México han llegado rumores de que se quiere prohibir definitivamente la misa en latín de San Pío V“, la cual -dice- “tiene una liturgia muy rica y piadosa que a muchos católicos nos invita a meditar y a contemplar más el misterio de la fe, nos ayuda a enfocarnos y a concentrarnos para profundizar más en la forma de adorar a Jesucristo, de una manera más profunda y mística”.
Cabe recordar que, desde febrero de 2023, en un ‘rescriptum ex audientia’, firmado por el cardenal prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Arthur Roche, el Papa dijo a los obispos que solo el Vaticano puede permitir a parroquias y sacerdotes celebrar la misa tradicional.
“Si un obispo diocesano ha concedido dispensas en los dos casos mencionados, está obligado a informar al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que evaluará los casos individuales“, remarca el ‘rescriptum ex audientia’.
En su misiva, Eduardo Verástegui, apunta: “en la tierra guadalupana, somos muchos los que quisiéramos que no se suprima la Misa Tridentina, sino que se conserve para el beneficio espiritual de los católicos que deseamos ir todos los días a comulgar en la misa tradicional”.
Asimismo, manifiesta: “en caso de que sean ciertos los rumores, le suplico que no permita que esto suceda. Se lo pido de todo corazón como hermano en Cristo, como amigo y como un hijo de la Iglesia Católica”.
Y añade: “Usted es nuestro Padre, nuestro Pastor, nuestro protector espiritual, el custodio de la riqueza histórica, cultural y litúrgica de la Iglesia de Cristo. Por favor no permita que se prohíba la misa en latín y concédanos el deseo de que todo sacerdote que quiera celebrarla lo pueda hacer”.
En México -finalizó- “tenemos a muchos de ellos que desean de todo corazón poder hacerlo con su permiso. Por eso, le escribo, le escribo para pedirle, en lo personal y a pedido de buenos amigos sacerdotes y de hermanos laicos, que se conserve este tesoro espiritual y cultural de la misa tridentina”.