Con 29 votos a favor, siete en contra y cuatro abstenciones, el Congreso del estado de Puebla despenalizó el aborto hasta las 12 semanas de gestación, convirtiéndose así en el estado número 13 (de 32) de México, en permitir esta práctica.
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Un llamado desatendido
Un día antes, la Arquidiócesis de Puebla, que gobierna pastoralmente el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, había expresado su enérgico rechazo, asegurando que esta práctica elimina, en cada caso, una vida plenamente humana, lo que violenta el derecho fundamental, que es el derecho a la vida, el cual da sentido a los demás derechos humanos.
La Iglesia consideró que en el estado de Puebla hay temas más urgentes en torno a los cuales legislar, como la inseguridad, la violencia, la salud, la educación, la promoción de la cultura, etc.
Habían pedido a los diputados no renunciar a sus principios humanos, morales o cristianos; y evitar manchar sus manos de sangre inocente. “Repitan hoy aquel ‘sí a la vida’ que nuestras madres pronunciaron para que viniéramos al mundo”.
Sin embargo, el clamor de la Iglesia poblana fue desatendido.
Los estados mexicanos donde actualmente es legal abortar hasta la semana 12 son: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Coahuila, Colima, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Veracruz y Puebla.
El principio de la violencia
En este marco, la Arquidiócesis de Puebla recordó que una sociedad que aspira a la justicia, a la paz y al bien común, se debe fundamentar sobre los valores y los derechos humanos y por lo tanto, no es posible erradicar la violencia que se vivimos en México si, como sociedad, se ejerce violencia mortal, a través del aborto, contra miles de inocentes no nacidos. “La vida no es negociable, la vida es sagrada”.
La misma Iglesia -explicó- respalda lo que la ciencia pone en evidencia: que el embrión es un individuo humano desde que, con la unión de los gametos de sus progenitores, se constituye como un ser biológicamente nuevo y distinto, y que no es parte del cuerpo de la madre, pues es su ADN único y singular lo que compone el patrimonio genético del nuevo individuo humano.
También señaló que no existe el ‘aborto seguro’, ya que se ha verificado, donde esta práctica es legal, que hay una serie de complicaciones que se pueden dar, como daños temporales o permanentes en el cuerpo de la mujer, e incluso su muerte.