Al conmemorar los 500 años de evangelización, la Iglesia en El Salvador pidió perdón por las sombras que acompañaron el proceso de ‘conquista’, durante el cual la evangelización fue sometida a duros altibajos históricos.
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En voz del arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, la Iglesia en ese país centroamericano lamentó lo sucedido hace medio milenio, y pidió perdón “porque el testimonio de aquellos hombres no fue coherente con la fe cristiana que decían profesar”, según reporta una nota de Vatican News.
“Pedimos perdón por los múltiples genocidios cometidos, por la opresión, la represión y la vulneración de los derechos de estos pueblos”, continuó el arzobispo, al tiempo que también se disculpó por la impunidad en torno a “estos crímenes, así como por la marginación y exclusión social a la que fueron sometidos los nativos”.
Se refirió a Pedro de Alvarado, el ‘conquistador’ español de Centroamérica, quien, con su ejército -dijo- “atacaron sin piedad a los pueblos de Mochizalco, Acatepeque, Acaxual, Tacuzcalco, Miaguaclán, Atehuan y finalmente, Cuscatlán”.
Arzobispado de San Salvador
“Muchos murieron en estas batallas, algunos buscando apropiarse de las tierras y riquezas de Cuscatlán, y otros defendiendo su soberanía. Los supervivientes, o bien huyeron, o fueron encadenados y posteriormente vendidos”, recordó.
Hubo sombras, pero también luces
Fue el pasado 13 de julio en la Catedral Metropolitana de San Salvador cuando el arzobispo Escobar celebró una misa de acción de gracias por el quincuagésimo aniversario de la llegada del Evangelio a ese país. Y es que, fue en 1524 cuando se celebró la primera eucaristía en el antiguo Señorío de Cuscatlán.
En su homilía, el arzobispo también destacó algunas luces en el proceso de la ‘conquista’, como esa “vasta legión de obispos, religiosos y laicos que, con gran valor, superaron las debilidades de los hombres que los rodeaban“.
Para el arzobispo de San Salvador, estos hombres y mujeres de Iglesia dieron un verdadero testimonio de su fe cristiana, entre ellos fray Antonio de Montesinos, fray Pedro de Córdova, junto a un grupo de religiosos franciscanos, dominicos, agustinos, mercedarios y jesuitas, quienes, incluso, firmaron documentos en defensa de los pueblos originarios.
Finalmente, Escobar expresó su gratitud a Dios por los abundantes testimonios cristianos de valentía que arraigaron la fe en Jesucristo en esta región, y que muchos años después dieron fruto en figuras como san Óscar Romero, el padre Rutilio, el padre Cosme, Manuel, Nelson y muchos otros que están en proceso de canonización.
