El director del Diplomado Internacional de Doctrina Social abre el curso organizado por la Academia de Líderes Católicos que arranca hoy en Nueva York
Para Luis Enrique García Rodríguez, “la Iglesia no debe renunciar a hacer realidad el principio de solidaridad para acabar con la pobreza”. Así se expresó el que fuera ministro boliviano y tesorero del Banco Interamericano de Desarrollo durante la conferencia inaugural del IX Diplomado Internacional de Doctrina Social de la Iglesia promovido por la Academia Internacional de Líderes Católicos, en colaboración con ‘Vida Nueva’. El encuentro formativo se celebra desde hoy y hasta el 27 de julio en la Saint John’s University, de Nueva York.
El director del Diplomado fue el encargado de pronunciar la ponencia de apertura en la que abordó la necesidad de “una visión holística para un desarrollo integral de la Agenda 2030”. “La pobreza no se elimina simplemente hablando, hay que crear las condiciones para ello. Apoyemos a los pobres, pero no a medias, sino para que dejen de ser pobres”, aseveró García Rodríguez, que planteó la necesidad de dejar a un lado toda mirada meramente asistencialista en favor de la equidad y la inclusión.
Pero, ¿por dónde empezar? “Identificados los núcleos de pobreza, los Gobiernos y las ong han de centrarse en un foco: educación, educación, educación”, comentó, a la vez que expuso un reto adosado: “Hay que buscar el equilibrio entre el Estado y el mercado. No se puede ser estatistas hasta la muerte ni pensar que todo lo hace el mercado”.
Durante su intervención, el político boliviano llevó a cabo una radiografía sobre la realidad de la región latinoamericana. A su juicio, entre los principales rasgos continentales, se encuentra la cuarta revolución industrial, una fractura sociopolítica, el debilitamiento del multilateralismo, la falta de compromiso de los jóvenes, el narcotráfico, el crimen organizado… Pero, sobre todas ellas, alertó de la creciente polarización alimentada por el populismo a escala global: “Estamos yendo a los extremos y abandonando el centro. Me da igual que sea de derecha o de izquierdas, solo buscan a atacar al enemigo y conseguir su único beneficio propio”.
Frente a ello, reclamó una visión a largo plazo y poner en marcha mecanismos de consenso que tengan como base “la separación de poderes, administración pública basada en la meritocracia y en el respeto de las reglas del juego”. En este contexto, García Rodríguez expuso cómo los líderes católicos “estamos llamados a proponer, buscar consensos y lograr acuerdos”. “El verdadero éxito es lograr alianzas, como yo mismo he experimentado, especialmente con los que han sido enemigos en el pasado”, remarcó.