Al clausurar el evento, el cardenal Luis Antonio Tagle exhortó a compartir “el amor tierno de Jesús” con las personas cansadas y con los que tienen necesidades de compasión
Al clausurar el Congreso Eucarístico Nacional en los Estados Unidos, el cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto de la Sección para la Primera Evangelización y Nuevas Iglesias Particulares del Dicasterio para la Evangelización de la Santa Sede, y enviado del Papa para este importante evento, recordó a los católicos de ese país lo que el Pontífice espera de ellos.
“Antes de venir aquí, le pregunté al Santo Padre si tenía un mensaje para ustedes y dijo: ‘conversión a la Eucaristía‘”.
En el Estadio Lucas Oil, de la ciudad de Indianápolis, ante unas 50 mil personas, el cardenal explicó que esta conversión eucarística está vinculada a la conversión misionera, pues -dijo- el Congreso “será seguido por el envío de misioneros eucarísticos”.
La misión -explicó Tagle- es un regalo: “donde falta el celo misionero, tal vez se deba en parte a un debilitamiento de la apreciación por los regalos y la gratuidad… si nuestro horizonte es solo el del éxito y el del beneficio, no hay espacio para ver y recibir regalos gratuitos“.
Y es que -abundó – algunas personas “prefieren relacionarse con ‘amigos’ o ‘citas’ generadas por la inteligencia artificial, porque no ven regalos en las personas de carne y hueso… Jesús es un regalo”, apuntó.
Posteriormente, lanzó una serie de preguntas: “¿Nuestras comunidades parroquiales ofrecen una experiencia de cercanía y cuidado de Jesús? ¿Nuestras familias siguen siendo los principales educadores y transmisores de la fe? ¿Los jóvenes se sienten escuchados y comprendidos en su búsqueda de Jesús?”.
Consideró que muchas de las personas marginadas (pobres, migrantes, ancianos, sin hogar e indígenas) “podrían sentirse extrañas”, pero “Jesús no se cansará de venir a nosotros con el don de sí mismo, incluso cuando está herido”.
El cardenal Tagle también llamó a los católicos estadounidenses a responder a Jesús como lo hizo san Pedro, quien le dijo: ‘Me quedaré contigo. Nos negamos a vivir lejos de tu presencia’. “Pero estas palabras -señaló- no deben ser vacías. Como san Pedro, tenemos que creer con convicción. Jesús no se impone a nadie. Él apela a nuestra libertad interior”.
Por lo anterior, los exhortó a ser misioneros e ir y compartir “el amor tierno de Jesús” con las personas cansadas, con los que tienen necesidades de compasión.
Les recordó que el Papa tiene “la esperanza de ‘que los participantes en el Congreso, plenamente conscientes de los dones universales que reciben de la comida celestial, puedan transmitirlos a los demás‘”.
El Congreso Eucarístico Nacional se llevó a cabo del 17 al 21 de julio en Indianápolis, con la participación de obispos, sacerdotes, religiosas y laicos. Durante estos días, escucharon charlas con temas concernientes a la eucaristía, impartidos por líderes ministeriales, laicos, jóvenes y sacerdotes.
Los asistentes participaron en misas diarias impartidas en español e inglés por obispos, y tuvieron acceso a una exposición sobre la Sábana Santa y milagros eucarísticos, la cual fue recopilada por el beato Carlo Acutis.
Entre las actividades más importantes estuvo la realización, el día 20 de julio, de una procesión con el Santísimo Sacramento en las calles del centro de Indianápolis, en la cual participaron más de 50 mil católicos dirigidos por más de 100 obispos y cardenales, entre ellos el cardenal Christophe Pierre, nuncio apostólico de los Estados Unidos, y el cardenal Tagle, como enviado especial del Papa al congreso.