La investigación sobre el arzobispo de Quebec encargada por el Papa concluía el pasado mes de mayo sin evidencias
El cardenal Gérald Cyprien Lacroix ha anunciado que ha retomado sus funciones y vida activa como arzobispo de Quebec, tras una retirada voluntaria de seis meses por respeto al proceso judicial en el que está implicado.
El pasado enero el arzobispo de Québec y primado de la Iglesia canadiense decidió retirarse “temporalmente de sus actividades” como arzobispo hasta que “se aclare su situación” tras ser acusado de abusar de una adolescente de 17 años, unos hechos que habrían tenido lugar hace casi cuatro décadas, entre 1987 y 1988, año en que el actual purpurado, de 66 años, fue ordenado sacerdote.
“Ha sido un camino difícil, pero las conclusiones de la investigación del juez Denis, el apoyo de quienes me rodean y la posibilidad de hacerme escuchar que podría derivarse de la solicitud de intervención me llevan a retomar con calma mi ministerio”, ha asegurado el prelado.
“La comunidad sabe hasta qué punto la Iglesia de Quebec condena actos reprensibles y conoce las medidas que hemos tomado para prevenirlos”, continúa. Ahora, y para seguir la tradición, el arzobispo de Quebec presidirá este viernes 26 de julio la misa solemne de la fiesta de Santa Ana, en el santuario de Santa Ana de Beaupré.
“A la luz de los hechos examinados por el juez, el informe no permite identificar ninguna acción que constituya mala conducta o abuso por parte del cardenal Gérald C. Lacroix. En consecuencia, no está previsto un procedimiento canónico más profundo”, concluía el Vaticano el pasado mes de mayo a través de un comunicado.
La denuncia forma parte de una demanda colectiva contra un centenar de sacerdotes o personal de la diócesis, entre los que se encuentra su nombre. A través de un comunicado, el pastor negó “categóricamente” los hechos que llegó a calificar de “acusaciones infundadas”.
Apenas una semana después de su retirada temporal, el Papa encomendó a André Denis, juez ya retirado del Tribunal Superior de Quebec, una investigación al purpurado con el fin de determinar si las acusaciones de abusos son suficientemente creíbles como para que la Santa Sede dé el paso de abrir un juicio canónico en el que se analice el caso. Pese a todo, la Justicia canadiense continúa investigando.
“El informe de la investigación canónica preliminar realizado por el juez finalizó el 6 de mayo de 2024 y fue entregado al Santo Padre en los días siguientes. El Santo Padre autorizó al juez André Denis a emitir un comunicado resumiendo los elementos de su investigación y también lo autorizó a responder a cualquier pregunta al respecto”, aclara el comunicado vaticano.