El purpurado mexicano cuestionó que algunas personas prefieran tener “perros, gatos, pericos o especies exóticas”, y no quieran tener hijos, por ejemplo
El cardenal Felipe Arizmendi Esquivel, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas y responsable de la Doctrina de la Fe en la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó el caos antropológico en el país.
Tras recordar que, en México, si alguien maltrata a un animal debe pagar una multa o ir a la cárcel, pero si mata a un ser humano en el seno materno, eso se considera un derecho, el cardenal mexicano lamentó que a los ministros de la Suprema Corte de Justicia no les importa el derecho del ser humano no nacido a vivir, “siendo que es víctima, inocente e indefenso”.
“Esto es un caos antropológico, pues se defienden unos derechos y se vulneran otros, igualmente o más dignos. Y si nosotros decimos algo en contra, nos tachan de conservadores, trasnochados, enemigos de las mujeres”, explicó.
También cuestionó cómo algunas personas prefieren tener “perros, gatos, pericos o especies exóticas”, y no quieran tener hijos. “Es un caos antropológico -agregó el cardenal- que se desprecie a indígenas, campesinos, pobres, afromexicanos, migrantes, indigentes, minusválidos, presos, alcohólicos, drogadictos, sólo por su apariencia externa y pobreza”.
Además, calificó como un “desequilibrio humano” que haya quienes “defienden a capa y espada” las especies en proceso de extinción, la vegetación y la ecología, “y esto con razón”, pero “no apoyan con igual o más fuerza la defensa de la vida humana; no promueven programas de desarrollo para los marginados; no hacen lo posible por detener las guerras que destruyen vidas humanas y defienden la libre venta de armamentos”.
Y agregó: “es un caos antropológico que se defienda como derecho poder cambiar de sexo, incluso siendo menores de edad sin consentimiento e información de sus padres, a pesar de estar genética y biológicamente determinados por nuestra genitalidad”.
Explicó que las personas con diferentes tendencias sexuales son dignas de respeto y no deben ser menospreciadas de ninguna forma, incluso, debe legislarse y sancionarse a quien haga lo contrario; “pero eso no significa que sea lo mismo ser varón o mujer, o que un varón que se considera mujer quiera vivir y participar en la sociedad y en los deportes como mujer”.
Apuntó: “Lo que es, es, aunque muchos digan lo contrario. Si no respetamos la naturaleza humana, caemos en un caos”.
Los obispos mexicanos, en el Proyecto Global de Pastoral 2031+2033 (PGP), advierten de “signos de una crisis antropológico-cultural en la transformación cultural, la economía, el relativismo, la reducción de la ecología a lo material, las tecnologías de la comunicación, el arribo de inéditas espiritualidades, la crisis de sentido, la migración forzada, nuevas ideologías que afectan a la familia, el rol de la mujer”.
Por ello, el cardenal Felipe Arizmendi llamó a destacar, en los espacios eclesiales de evangelización y catequesis, “una formación antropológica cristiana de manera integral y sistemática, presentando con claridad la persona de Jesucristo, como modelo del ser humano, desde una perspectiva kerigmática. Generar espacios de encuentro, diálogo y trabajo con otros actores de la sociedad, para colaborar en la reconstrucción de la dignidad de las personas y el tejido social de nuestro país”, como también señala el documento del PGP 2031-2033.