El cardenal arzobispo de São Paulo, Odilo Scherer, define al líder católico como aquel que “comprende su vida y la vida de las personas con los criterios que le da el Evangelio de Jesucristo y la enseñanza moral de la Iglesia”. “Su mirada está iluminada por la fe cristiana, su visión es diferente a la de un utilitarista”, añade.
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Con estas palabras, el purpurado esbozó el perfil de los cristianos con responsabilidades en la vida pública durante su conferencia en el IX Diplomado sobre Doctrina Social organizado por la Academia de Líderes Católicos. Este itinerario formativo se celebra en la Saint John’s University de Nueva York y cuenta con el apoyo de la revista ‘Vida Nueva’.
Tesoros de la fe
Para Scherer, un líder católico es aquel que tiene “una mirada inspirada en la voluntad de Dios sobre toda la realidad, una mirada inspirada en los mandamientos y las bienaventuranzas”. Llamados a llevar bajo el brazo “los tesoros de la fe” como la Palabra de Dios, la oración, la eucaristía y el testimonio de los santos, estos hombres y mujeres han de “reconocer de nuevo todo el valor original de la creación, según el plan de Dios”.
“Todo esto se traduce en acción de liderazgo social”, defendió el purpurado al referirse a la misión de los laicos. En paralelo, apuntó que “muchas veces se pone en valor al laico cuando participa en la vida interna de la Iglesia, como la liturgia y la catequesis, pero tenemos que dar un verdadero salto para que los laicos sean misioneros en medio del mundo”.
Promover el Reino
En este sentido, instó al auditorio a “promover el Reino de Dios, un Reino de justicia, paz y solidaridad”. “La fe cristiana y católica, si es auténtica y madura, lleva a un inevitable compromiso social”, enfatizo.
De la misma manera, compartió que “no se puede hablar de espiritualidad del líder católico sin mencionar las enseñanzas del magisterio de la Iglesia sobre cuestiones de la vida social, económica, política moral…”. Por ello, remarcó que “los discípulos de Cristo no pueden permanecer indiferentes ante el hambre la guerra, la violencia, el tráfico de seres humanos”. “El líder católico no se rinde ni desfallece, ni siquiera cuando las fuerzas del mal toman el control”, alentó a los 125 participantes del Diplomado, que pertenecen a 22 países distintos.