Las jornadas han tenido lugar en Ávila con la participación de más de 200 personas
Con el título ‘El compromiso en las situaciones de precariedad laboral’, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) ha llevado a cabo sus Cursos de Verano en Ávila, un espacio de reflexión, profundización, diálogo, oración y convivencia en los que ha contado con la participación de más de 200 personas entre militantes y simpatizantes.
Los cursos de verano comenzaban con una Jornada de reflexión y oración de consiliarios, animadores y animadoras de la fe y seminaristas que ha abordado las tres claves de la XIV Asamblea General: acompañar en la vivencia de sentir con Cristo, sentir con la Iglesia, sentir con el mundo obrero. Al frente ha estado Mª Luisa Berzosa, religiosa de las Hijas de Jesús y consultora de la Secretaría General del Sínodo.
“También conocimos la experiencia de participación de Berzosa en el Sínodo de la Sinodalidad, y la de Miguel Ángel González, en el encuentro internacional de Párrocos por el Sínodo”, explican desde la HOAC. Asimismo, en el acto inaugural de las jornadas estuvo presente el alcalde de la ciudad, Jesús Manuel Sánchez; y el director de la Comisión para los Laicos, Familia y Vida de la Conferencia Episcopal (CEE), Luis Manuel Romero.
En la primera ponencia, Fernando Rocha abordó la precariedad laboral en España: una realidad sufriente que afecta desproporcionadamente a mujeres, jóvenes, migrantes y personas trabajadoras con baja cualificación, manifestándose en trabajos que no cumplen con las normas, ni ofrece protección social, ni una vida digna.
“Las mujeres trabajadoras sufren grandes brechas de desigualdad y de empleo; los jóvenes altas tasas de temporalidad y bajos salarios; y los migrantes, trabajando en sectores precarizados, son especialmente vulnerables. incluyen temporalidad injustificada”, recuerda la HOAC. “Las consecuencias son empleo a tiempo parcial involuntario, externalización laboral y trabajo no declarado, fruto de un modelo económico basado en la desigualdad y el descarte”.
En la segunda ponencia, Pedro Fuentes destacó la necesidad de reimaginar el trabajo, criticando la visión económica predominante que reduce al ser humano a su capacidad productiva y abogando por una concepción del trabajo que reconozca la dignidad del trabajo y de quienes lo realizan.
Además, subrayó que el empleo, en su forma actual, “no asegura protección contra la pobreza”. Por ello, apuesta por un cambio cultural y organizativo en el trabajo, proponiendo políticas como la renta básica universal y el trabajo garantizado, para desvincular derechos sociales del empleo remunerado.
“Hemos evidenciado, con las experiencias mostradas por varios militantes, que para la HOAC el compromiso en las organizaciones del pueblo (sociales y sindicales) y con colectivos concretos de trabajadoras del hogar, migrantes y jóvenes nos sitúa, en clave samaritana, para avanzar hacia el trabajo decente y la vida digna”, asevera la organización.
Para cerrar esta parte, Lola Contreras invitó a construir “otra cultura del trabajo situándonos en una lógica diferente”. Por ello, animó a comprometerse en la cultura del cuidado: cuidando el trabajo y la vida, descubriendo los signos de esperanza que muestran el Plan de Dios.
Durante los cursos se han realizado tres convocatorias en la ciudad. En primer lugar, la celebración de la Eucaristía en la Catedral, en la que han participado el obispo responsable de la Pastoral Obrera en España, Abilio Martínez Varea, y el obispo de Ávila, Jesús Rico. Además, se llevó a cabo un gesto público que escenificó y denunció situaciones de precariedad y las respuestas basadas en la promoción por el trabajo decente; y un recital de poesía social musicada, con la participación de Presen Pérez, Ángel Aguas y Julio Collado.
Finalmente, la Jornada de oración, guiada por José Luis Fernández, “nos ha recordado la necesidad de cultivar una espiritualidad que nos debe impulsar en nuestro compromiso, siguiendo la llamada del Padre-Madre-Dios, que nos invita a construir una sociedad modélica: el reino de fraternidad y justicia”.
Por todo ello, a la conclusión de los cursos, HOAC subraya la necesidad de “acompañar y ser acompañados en el compromiso de las situaciones de precariedad laboral”. Además, “estas vivencias de sufrimiento deben ser visibilizadas y escuchadas, como primer paso dar una respuesta conjunta que promueva la justicia social”.
“Denunciar esta lógica de precariedad que ofrece el sistema económico provocando situaciones de sufrimiento a millones de personas trabajadoras (en nuestros trabajos, barrios y ambientes), que son descartadas de una vida buena –un derecho inalienable de toda persona–, y atenta contra la vida humana y del planeta”, asevera la organización.
Por ello, hace un llamamiento a la comunidad política “a priorizar la vida de las personas trabajadoras, particularmente a quienes peor lo están pasando, con políticas públicas y diálogo social, avanzando hacia un modelo productivo que cuide y sea sostenible para la vida, fortalezca los derechos colectivos y tenga como prioridad la creación de trabajo decente”. Por último, subraya la importancia de “anunciar que hay esperanza y anhelos para construir una sociedad basada en el bien común desde el compromiso, junto a otros y otras”.