Los responsables de los Juegos Olímpicos de París, tras ofender a los cristianos: “Lo lamentamos mucho, mucho”

  • El director de la performance sale al paso tras la condena de la Iglesia a la polémica escena: “No quiero ser subversivo, ni burlarme ni escandalizar”
  • Los musulmanes sunitas se suman a las críticas por “la falta de respeto a Cristo” que consideran “un acto de extremismo y barbarie temeraria”

Representación 'drag' Última Cena

“Si la gente se ha sentido ofendida, por supuesto que lo lamentamos mucho, mucho”. Estas son las palabras con las que la organizadora de los Juegos Olímpicos París 2024, Anne Descamps, se disculpaba ayer después del rechazo global de la Iglesia católica y de otras confesiones cristianas a la escena de la ceremonia inaugural.



Descamps salió en defensa del dramaturgo francés Thomas Jolly, que fue el director del espectáculo ofrecido el pasado viernes: “Intentó celebrar la tolerancia comunitaria. Creemos que consiguió este objetivo”. A la par, señaló que “está claro que nunca hubo ntención de mostrar falta de respeto a ningún grupo religioso”. Con esta reflexión, los organizadores salían al paso de la condena expresa de la Conferencia Episcopal Francesa que se refirió a ese momento de la ceremonia como “escenas de burla y mofa del cristianismo”.

Imagen de recurso de los Juegos Olímpicos / COI

Mensaje de amor

El propio Jolly también salió al paso, al asegurar que “no quiero ser subversivo, ni burlarme ni escandalizar”. “Sobre todo, quería enviar un mensaje de amor, un mensaje de inclusión y en absoluto de división”, comentó sobre la polémica performance.

En estas últimas horas los musulmanes suníes se han unido a las críticas a la ceremonia. La institución religiosa egipcia de Al Azhar, condenó este domingo “las escenas de falta de respeto a Cristo”. “Faltar al respeto a Jesucristo o a cualquiera de sus compañeros profetas es un acto de extremismo y barbarie temeraria“, afirmó Al Azhar en un comunicado, en el que advirtió “del peligro de explotar acontecimientos mundiales para normalizar la falta de respeto a la religión y promover la homosexualidad y la transexualidad”.

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