El Arzobispado de Burgos ha puesto ya en marcha el engranaje para expulsar del convento de Belorado a las diez monjas cismáticas que el pasado mayo decidieron separarse de la Iglesia católica. Así lo han confirmado a ‘Vida Nueva’ fuentes eclesiales después de que las propias ex religiosas desvelaran hace unas horas que se habían iniciado “los trámites previos para el desahucio”.
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“Si nos pueden desahuciar en tres meses, muchísimo mejor que en años”, aseguraron dos de las monjas expedientadas, sor Israel y sor Sion, en una entrevista con el youtuber Isaac García, conocido como Macabeo. Además, poco después de la emisión del video, a través de su cuenta de Instagram, desvelaban que la Diputación de Burgos ya habría comenzado el procedimiento correspondiente para evaluar la “vulnerabilidad” de la ex abadesa del convento, sor Isabel de la Trinidad, así como de sus otras compañeras.
A la espera de la demanda
Desde la Archidiócesis de Burgos, han detallado a esta revista que el comisario pontificio y arzobispo Mario Iceta, ha dado el visto bueno para iniciar los trámites necesarios para interponer la correspondiente demanda de desahucio. Así pues, los servicios jurídicos diocesanos estarían trabajando en ello, si bien precisan que todavía se habría materializado la demanda como tal.
Por otro lado, desde el Arzobispado también han precisado otra de las denuncias lanzada en voz alta por las religiosas en la entrevista online. Las ex monjas explicaron que “se ha intentado cambiar las cerraduras” de los conventos. “Hemos vivido varios episodios, el mismo día, uno en Orduña y otro en Derio”, relataban.
Un monasterio sin habitar
Sobre estos hechos, el equipo de Mario Iceta precisa que solo se cambió la cerradura de la puerta principal del convento de Derio, “como un acto de dominio en un monasterio que está vacío, sin habituar”. ¿El motivo? El comisario pontificio es el actual gestor de los bienes y tendría que responder ante cualquier hecho que sucediera sobre este inmueble.
Además, subrayan que se hizo en un procedimiento legal, con el conocimiento del guardés de la finca. Sin embargo, relatan las fuentes eclesiales que horas después, alguien entró por otro acceso al recinto y atrancó el portón al que se le había cambiado la cerradura. Por otro lado, desmienten que se hiciera algo similar en Orduña: “Es un convento en el que ellas tienen actividad y no pretendíamos frenar su trabajo”.