Las ex clarisas de Belorado: “Nos han intentado cambiar las cerraduras”

  • Las monjas cismáticas reaparecen en una entrevista online en la que se presentan como “mártires” de una campaña “de acoso psicológico brutal”: “Nos han tratado peor que a criminales”
  • “Lo que buscan es el desahucio y han iniciado los trámites previos”, desvelan las consagradas excomulgadas sobre el proceder del Arzobispado de Burgos

Entrevista a las clarisas de Belorado

Cuando el interés mediático sobre el convento cismático de Belorado comenzaba a reducirse, dos de las clarisas excomulgadas, sor Sion y sor Israel han concedido una entrevista al canal de YouTube Macabeo en el que explican los motivos de su ruptura con la Iglesia católica y cuestionan una vez más la actuación del arzobispo de Burgos y comisario pontificio, Mario Iceta.



“Nos han intentado cambiar las cerraduras del convento”, llega a afirmar en un momento determinado sor Sion sobre el proceder de la comisión gestora designada por Iceta. Una denuncia se ve reforzada en su comentario por sor Israel: “Hemos vivido varios episodios, el mismo día, uno en Orduña y otro en Derio”. Entre otros detalles de los que acusan al Arzobispado, cuentan que “nosotras estamos abiertas al desahucio, lo que buscan es el desahucio y han iniciado los trámites previos”. “Si nos pueden desahuciar en tres meses, muchísimo mejor que en años”, expresa sor Sion.

El diálogo con el Youtuber Isaac García, se vertebra a partir de un caso que se presenta como similar al de Belorado: el de las carmelitas norteamericanas de Arlington, una comunidad expedientada por la Santa Sede, entre otros motivos, porque la priora admitió haber roto su voto de castidad.

Ataques al comisario

“A Mario Iceta se le ha llenado la boca con el tema del diálogo con las comunidad”, relata sor Israel en un momento de la conversación. Critica con ironía cómo, sin embargo, ha elegido a un “abogado como apoderado legal que es el que va a venir a velar por las hermanas por la vida espiritual”.

En su relato, reinterpretan la visita de la comisión gestora enviada por el arzobispo para entablar un diálogo como una usurpación: “Aprovecharon que había una visita en el locutorio y se metieron sin avisar”.

Defensa de la propiedad

De la misma manera, cuestionan que las religiosas mayores que viven en el convento quieran pertenecer a la Iglesia católica: “Ellos han decidido que las mayores no están con nosotras para que siga habiendo una comunidad”. Además, echan en cara a la comisión el hecho de que hablen en nombre de las ancianas “a las que no ha puesto rostro porque nunca las ha conocido ni ha hablado con ellas”.

A la par, reiteran que ellas son las propietarias de los inmuebles vinculados a la comunidad, puesto que consideran que “a nosotros nos excluyen como persona jurídica” y argumentan que todo lo que se ha dicho hasta ahora respecto a este punto es fruto de la “confusión”.

¿Atendidas por un cura?

Las monjas españolas amonestadas denuncian que “nos han tratado peor que a criminales”, con una “especie de orden de alejamiento” a quienes las muestran su respaldo. De hecho, en uno de sus comentarios parecen dejar caer que estuvieran siendo “atendidas por un sacerdote en situación irregular”.

“El acoso psicológico es brutal, intentan acabar con nosotras”, dicen las dos ex monjas, que no se amilanan en su postura: “Cuando dicen tantas barbaridades, nos refuerzan en todo”. Y todo, convencidas de que “ante la imposibilidad de defendernos, el Señor saldrá a por nosotros”.

Más libres

“No sé exactamente el daño que estaremos haciendo, la amenaza que somos para que nos traten así”, lamentan tanto sor Sion como sor Israel, que atacan además el proceder de los medios de comunicación:  “Después de vivir lo que vivimos y escuchar lo que dicen de nosotras en carne propia, somos muchísimo más libres a la hora de juzgar sobre la vida de los demás”.

Es más, sostienen que “parece que estén buscando hacer el mayor escarnio público, no vaya a ser que a alguien se le ocurra seguir nuestros pasos”. “Si nos pueden excomulgar en tres días y medio, no nos van a excomulgar en cuatro”, apunta sor Israel.

Carros y carretas

Ambas aseguran que “todo se está haciendo por vía rápida” para “mostrarnos mediáticamente como a Nuestro Señor Jesucristo, crucificado”. “Nuestra madre Isabel es mártir de una campaña de difamación, está sufriendo carros y carretas. No sé cómo  aguanta todo lo que tiene que aguantar”, remarcan las ex consagradas.  En cualquier caso, admiten que “es una situación de película y muchas veces creemos que vivimos una película”.

Las clarisas de Belorado, en los juzgados de Burgos

Las clarisas de Belorado, en los juzgados de Burgos

En la entrevista, ambas desmienten que vivan en una situación de “delirio colectivo” y defienden que “la formación que hemos recibido aquí es supercrítica y para nada ha sido un ‘poneos aquí porque os vamos a decir cómo tenéis que pensar’, aquí nos han enseñado a discernir entre el espíritu bueno y el malo”. Desde esta perspectiva, sostienen que “muchísimos cursos que se daban desde la federación de clarisas, nosotras nos manteníamos al margen”.

Discernimiento de años

De la misma manera, se presentan como una comunidad que “custodia de la tradición y de la liturgia tradicional”, una decisión que sería fruto de un discernimiento de “meses y años”, como respuesta a las puertas cerradas de la Iglesia a lo largo de estos años a sus inquietudes. De hecho, detallan que quisieron hablar incluso con obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, y también con el “Dicasterio de Roma” (se intuye que el de Vida Consagrada): “No nos reciben y nos piden que escribamos y todo acaba en manos del arzobispo”.

Además, echan en cara al arzobispo de Burgos que en un tiempo pasado “nos pidió que fueramos a Derio porque era una comunidad de mayores que iba a cerrar, que tuviéramos las dos casa abiertas y hacer allí un centro de espiritualidad porque en el País Vasco había mucha tierra de misión y quería un foco católico”. “Ya allí tuvimos problemas porque queríamos un sacerdote que creyera en lo que celebrara”, explican.

Me costaba el latín

“Yo he sufrido auténticamente -expone sor Sion-, cuando hemos recuperado la misa tradicional porque a mí me costaba el latín. Y luego caí en la cuenta que lo que ocurría es que nos la habían robado. Como cristiana convencida me han robado la riqueza de la Iglesia, esto lo he sufrido en carne”. “No tienes que entender nada de la misa, solo tienes que adorarlo, luego se entiende de manera interna cuando el Señor ilumina el corazón y te da la gracia”, apostilla.

En paralelo, la ex clarisa relata que “te llama mucho la atención misas que se hacen en la JMJ o en grandes aglomeraciones de gente donde parece que todo está justificado para usar cuencos de Ikea y vasos de plástico para repartir el Santísimo Sacramento y no pasa nada”. “Me explicaron que era en la misa de la Conferencia Episcopal Española o en la de Madrid y nadie dice nada”, cuenta justo después.

En esta misma línea, dice que “ser contemplativo no es estar todo el día delante del Santísimo y en éxtasis, sino aprender a ver el rostro de Cristo en todas las cosas, estamos abiertas a la realidad del mundo, no somos una comunidad cerrada, sino muy abierta”. “Nosotros amamos a Cristo y a la Iglesia, y nos hemos entregado por ella”, reitera.

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