La capital de Corea del Sur da el pistoletazo de salida con una celebración en la catedral de Myeongdong
Ha pasado casi un año desde el anuncio del papa Francisco de que Seúl acogerá la Jornada Mundial de la Juventud, la JMJ de 2027, tras el encuentro del jubileo de los jóvenes en el verano de 2025. Este 28 de julio Corea ha demostrado que está lista para la preparación del evento con una celebración en la catedral de Myeongdong en la que se han ondeado las banderas de los 193 países que esperan recibir en la cita juvenil.
”La esperanza se enciende en Seúl” ha sido el lema empleado en esta celebración que ha contado con la presencia de más de mil jóvenes, algunos de ellos norcoreanos –uno de los objetivos de la cita es que se pueda plantear una participación efectiva de la Iglesia del país–, y numerosos autoridades como el nuncio Giovanni Gaspari; Gleison De Paula Souza, secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; u diferentes representantes políticos locales y nacionales.
En la celebración de presentó el proceso como un rompecabezas en el que está implicado mucha gente y que incluso permitirá la creación de más de veinticuatro mil puestos de trabajo según recogen los medios vaticanos. El evento se cerró con la eucaristía presidida por el arzobispo de la ciudad, Peter Soon-taick Chung, y concelebrada por el cardenal Andrew Soo-jung Yeom y otros prelados y responsables de la mayor cita juvenil de la Iglesia.
Para el arzobispo la JMJ será oportunidad para ofrecer a los jóvenes de hoy “un escenario en el que surjan como protagonistas de su historia. Estoy seguro, de que este escenario será una oportunidad y un espacio de esperanza para todos”. Por ello, Chung destacó que la JMJ representa “una oportunidad inestimable para que los jóvenes de todo el mundo reflexionen y se comprometan. Es imperativo que unamos nuestros corazones, rezar juntos y discernir la guía del Espíritu Santo mientras nos preparamos seriamente para este camino”, sentenció al final de su homilía. El nuncio recordó que el Papa mira a los “jóvenes de Corea, con gran confianza y afecto. Reconoce la contribución esencial que pueden aportar a la JMJ 2027 y los acompaña con su oración”.