El cardenal Porras ante la situación política en Venezuela: “La transparencia es indispensable”

El arzobispo emérito de Caracas ha celebrado su 57 aniversario como sacerdote en medio de la polémica por las elecciones en el país

El cardenal Baltazar Porras

El cardenal Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas, ha celebrado su 57 aniversario como sacerdote en medio de un ambiente que, tal como él mismo ha dicho, está “enrarecido” por las elecciones. De hecho, la situación llegaba, incluso, a que el presidente del poder electoral venezolano arremetiese contra Porras acusándole de “meter intrigas” en el proceso electoral.



“Puedo decirles, sin ínfulas de exhibicionismo, que me siento más sacerdote, más sereno y confiado en el Señor que el día de la ordenación en la que la mezcla de emoción y temor me abría a una experiencia novedosa en medio de la primera etapa postconciliar y la ebullición mundial en el emblemático 1968″, reconocía el cardenal.

“Pero hoy, ahora, creo que es pertinente, ante todo, una reflexión sobre la situación que vivimos”, señaló, convencido de que “una de las exigencias del cristiano hoy es descubrir en los signos de los tiempos, vale decir, en los acontecimientos de la vida cotidiana, los signos de Dios”.

“Les digo esto porque la prédica permanente de violencias, odios y polarizaciones destruyen la paz y la equidad. Somos diferentes, pero hermanos, aunque nos cueste aceptarlo y vivirlo”, continuó Porras. “Existimos para vivir en relación y hacer de la fraternidad una virtud indispensable para optar a la vida plena. Sin diálogo, sin tomar en cuenta al otro y dejarlo todo al uso del forcejeo, de la fuerza, no conduce a la convivencia necesaria para que una sociedad marche unida y no separada en bandos irreconciliables”.

Así, si bien “la vida está llena de tropiezos, de retrocesos y avances, de éxitos y fracasos, de sueños irrealizables y de expectativas no satisfechas”, lo cierto es que “la verdad que nos hace libres es la que debe ser el norte de todas nuestras actuaciones y no la descalificación sistemática de quienes no piensan como uno. No hay lugar al desánimo”.

Policia Nacional Bolivariana – Venezuela / Foto: AFP

Equidad social y política

De esta manera, Porras recordó que el seguimiento de Jesús “exige en nosotros el cultivo de una serie de virtudes humanas, teologales y cardinales. La primera de ellas, la verdad. No podemos ceder ante la tentación del poder, del dinero, del placer o de la conveniencia egoísta. Allí está la raíz de la falta de equidad en la vida social y política. Y la verdad no se encuentra, se construye día a día. Es la exigencia primera del hoy venezolano”.

Y es que, tal como señaló el cardenal, “sin verdad no hay credibilidad ni confianza y por ende, tampoco, paz auténtica, durable, sólida”. “Sin verdad, la mentira y la manipulación nos convierten en esclavos no en personas libres y responsables”, aseveró. “La vida ciudadana que se divide en privilegiados y marginados destruye la igualdad. Por eso, como nos recuerda el papa Francisco, el centro de nuestras actuaciones no es el círculo, el poder, sino el poliedro donde las periferias son, deben ser, las prioritarias”.

De esta manera, recordó que, en Venezuela, “en la política los mejores años de nuestra vida republicana han sido los que han ofrecido oportunidades a todos. Cuando los populismos y favoritismos ponen otras medidas se producen los quiebres que traen mayor pobreza y discriminación”.

Reconciliación y perdón

Por otro lado, subrayó que “la virtud de la equidad nos lleva al respeto del otro y al cuido del ambiente”. En este sentido, “las instituciones son democráticas en la medida en la que la igualdad y la fraternidad nos llevan a la libertad interior y exterior por lo que hacen falta espacios de confrontación e intercambio para encontrar la senda común que favorece a todos”.

“La dignidad de la persona, su valoración positiva, es la única capaz de conducirnos a la reconciliación, el perdón y la acción samaritana”, señaló el cardenal. “Es lo que ha faltado en la dirigencia para hacer de la gente seres creadores, creativos, abiertos al bien de los demás. Es parte del tejido social que está resquebrajado en el presente”.

Por último, el cardenal aseveró que “la trasparencia es indispensable”, ya que “sin confianza mutua no puede haber, repito, paz. Hay derecho a exigirla en conciencia, como testimonio de coherencia y autenticidad, y es obligación de los responsables de la cosa pública de ofrecerlo, por imperativo legal, pero sobre todo, cívico y ético”.

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