La Conferencia Episcopal del país centroeuropeo aprueba una directriz sobre ética financiera con una impronta medioambiental
“Inversiones financieras como cooperación. Directriz para las inversiones éticas”. Este es el título de un nuevo documento de la Conferencia de Episcopal Austriaca ofreciendo la apuesta por Inversiones que no generen más violencia y despojo en los países empobrecidos. Un texto que “supone un avance importante en acciones concretas, en materia del cuidado de la Casa Común, así como un aporte fundamental para la Iglesia universal en las reflexiones sobre las relaciones del Norte y el Sur Global”, según destaca en un comunicado la Red Iglesias y Minería, un espacio ecuménico que tiene entre sus objetivos precisamente la desinversión en este campo.
La entidad alaba “este acuerdo y reconocemos y agradecemos todo el esfuerzo que se ha hecho durante años, para construir un documento consensuado, que prioriza la búsqueda de la justicia, con énfasis en las relaciones financieras, que en el sentido más amplio comprometen al sistema económico en el que estamos inmersos, como indica la misma directriz”. Y es que el documento sentencia que “invertir dinero no es éticamente neutro”, lo que tiene una implicación directa con las decisiones financieras y de inversiones que toman las organizaciones de fe.
Por ello esta directriz será vinculante para diócesis y otras entidades eclesiásticas que estén bajo autoridad episcopal. Un ejemplo concreto de llamada a la desinversión para la Red es la extracción de minerales, como el oro, que en América Latina, genera violencia, violación de derechos y despojo. Por ello, explican, “esta situación es reconocida en la directriz para la iglesia de Austria” ya que “invertir en empresas que extraen minerales, genera la misma violencia, de maneras menos directas y es esto lo que se pone en juego en la directriz de inversiones éticas”. Además, reconocen que “la directriz aprobada por la Conferencia Episcopal de Austria representa un modelo para otras conferencias episcopales alrededor del mundo, conferencias de religiosos, congregaciones, organizaciones internacionales vinculadas a las iglesias y todas las organizaciones de fe” ya que “nos abre la puerta a un diálogo ineludible para la Iglesia” que lucha contra el descarte de las personas.
Desde la Red destacan también que “el documento habla de la cooperación, pensar en las inversiones como una manera interrelacionada de construir posibilidades de inversiones en las que las preocupaciones de las organizaciones de fe en estos temas, no se vean afectadas, pero que irrestrictamente tomen en cuentan a los derechos humanos y medio ambientales”. “Una cooperación capaz de brindar futuro para todas las partes involucradas”, destacan. A esto se añade, reconoce el texto, “la dificultad de mediar entre los impactos de las decisiones tomadas en el ámbito económico financiero y la responsabilidad y consecuencia evangélica, frente a los más vulnerables, que debe primar en las decisiones internas” porque, señala el documento de los obispos, “la Iglesia tiene claro que los beneficios financieros no deben generarse a expensas de las personas y el medio ambiente”.