Ni los desmentidos o disculpas –algunas a medias o claramente contradictorias– están consiguiendo bajar las tensiones en torno a la polémica representación de la ‘última cena’ con artistas del mundo queer en la tormentosa ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024. Después de pronunciarse la organización y el director artístico de la celebración, ahora la artista principal del cenáculo multicolor ha dado un paso y anunciado que emprenderá acciones legales por los insultos y amenazas recibidas.
Barbara Butch, DJ francesa y activista por los derechos de la mujer, que aparece en primera plana en la escena, en el centro de la mesa con una particular aureola, ha interpuesto una demanda para defenderse de los “numerosos insultos antisemitas, homófobos, sexistas y gordofóbicos” que ha recibido a través de las redes según ha explicado su abogada Audrey Msellati. La artista habría recibido incluso amenazas de muerte.
“Quienes atacan a Barbara Butch no pueden soportar el hecho de que represente a Francia como mujer lesbiana, judía y gorda”, reclamó la letrada en declaraciones a los medios recogidas por Radio France a partir de las redes sociales de Butch. Para Msellati, en el fondo, quienes la insultan “no aguantan que pueda representar a Francia”. Además, desde el entorno de la artista rescatan la versión del director de la ceremonia inaugural, el activista queer Thomas Jolly, asegurando que se inspiró solamente en la mitología griega. Algo que ha sido desmentido por otras voces dentro y fuera del equipo del espectáculo olímpico.
Por su parte Butch había escrito en Instagram mientras promocionaba los diseñadores de su atrezo en la inauguración: “Toda mi vida me he negado a ser una víctima: No permaneceré en silencio”. El silencio se ha acabado este martes, 31 de julio, con el paso dado a través de su abogada tras ver que su discreción no ha servido “para apaciguar a los haters”. Para ella tanto odio surge solo “porque tuve la oportunidad de representar la diversidad de mi país a través del arte y la música”. Ni el comunicado ni las publicaciones de la artista se refieren a los sentimos religiosos.