Los prelados reclaman una condonación del débito a gran escala como se hizo en el año 2000 para que pueda “dar esperanza” al continente
Los obispos africanos se reunieron el pasado 19 de julio en la capital ruandesa, Kigali, y emitieron una declaración con un llamamiento a los países del G20, al G7, la ONU, el FMI y el Banco Mundial con motivo del Jubileo 2025 para que suavice la deuda externa de los países del continente. Los prelados esperan que se produzca “un nuevo Jubileo de la deuda para dar esperanza a la humanidad y sacar al planeta del borde de la inhabitabilidad”. Al respecto el papa Francisco se ha pronunciado de forma muy favorable.
Según el Banco Africano de Desarrollo la deuda de los países aumentó a 1,52 billones en 2023 y se prevé que África gastará 90.000 millones de dólares en el servicio de la deuda pública sólo en 2024, lo que socavará su desarrollo, según recoge The Tablet. Para los obispos, la creciente deuda deja a los países en una situación “agonizante entre gastar e invertir en su pueblo y pagar a sus acreedores”. Y es que, advierten, “el gasto medio combinado de un país africano en sanidad, educación y protección social equivale a dos tercios del pago de su deuda”.
“Cuando el espacio fiscal se reduce y la relación deuda/PIB es elevada, se empieza a considerar que un país está en apuros por su deuda”, explicó al medio inglés Yungong Theophilus Jong, responsable de políticas, promoción e investigación del Foro y Red Africanos sobre Deuda y Desarrollo, quien señala que la deuda supondrá en los datos de 2023 el 68,6% del PIB. A pesar de eso, confirma que varios países africanos están adoptando medidas de austeridad “para poder movilizar recursos con los que financiar objetivos de desarrollo y proyectos de inversión”. Sin embargo, hay también “indicios claros de que el endeudamiento del año anterior no se ha invertido de forma sostenible, ni en proyectos de capital que puedan amortiguar realmente los efectos del endeudamiento e impulsar la movilización de recursos internos”.
Ya para el Jubileo del 2000 se hizo un llamamiento similar que condujo a una importante condonación de la deuda. “A nuestro llamamiento en favor de la condonación de la deuda se unieron líderes de todo el mundo, y las instituciones financieras internacionales movilizaron 130.000 millones de dólares en concepto de alivio de la deuda, lo que ayudó a avanzar en el gasto para la reducción de la pobreza en varios países”, recuerdan los obispos. Ahora bien, denuncian, “las desigualdades en los sistemas fiscales, financieros y comerciales internacionales, junto con las lagunas en la gobernanza nacional, siguen fomentando una deuda insostenible”.