Primer vicepresidente del Episcopado venezolano: “El único y verdadero protagonista de la democracia es el pueblo”

Durante la peregrinación del Santo Cristo de la Grita señaló que “un verdadero católico no persigue a sus hermanos, porque piensen de manera diversa”

Mario Moronta, obispo de San Cristobal

Este 6 de agosto se han conmemorado 414 años de la peregrinación del Santo Cristo de la Grita, una tradición arraigada en el pueblo tachirense – andes venezolanos al occidente del país – desde 1610.



Mario Moronta, obispo de San Cristóbal y primer vicepresidente del episcopado venezolano, en su homilía, ha interpelado al régimen de Nicolás Maduro pidiendo cese la persecución contra quienes piensan distinto.

“¿No es el momento de que en vez de inventar falsos positivos y promover persecuciones que ponen en vilo la vida y futuro de los jóvenes, nos comprometamos a construir junto con ellos el futuro que anhelamos todos?”, cuestionó.

En este mismo ejercicio mayéutico, volvió a preguntar: “¿Por qué no se persiguen a los irregulares que invaden nuestros campos y a los mafiosos que esclavizan a tantos adolescentes y hacen negocio con el narcotráfico y la trata de personas?”.

Además ha señalado que “el único y verdadero protagonista de la democracia es el pueblo, y que nadie es dueño de ella sino colaboradores y servidores de la misma”, aclarando que este derecho no lo puede detentar ningún sector político, sino las mayorías que se han expresado a través del voto.

Paz sin condicionamientos

Tomando como referencia al ‘Santo Señor de los milagros’ de La Grita, ha pedido a todos los venezolanos construir “la auténtica paz” que “viene de Cristo” para “derribar todo muro de división existente para lograr la unión fraterna de todos”.

Se refirió a esos muros existenciales que “también podemos edificar para separar quienes piensan de manera diversa o luchan por sus derechos”, por eso, “la paz de Cristo destruye la división y siembra la unidad, aún en la diversidad”.

“Si somos seguidores de Cristo y Él es nuestra paz, entonces, todos estamos llamados a trabajar por y para ella. Eso sí, sin mezquindades, sin pretensiones y sin condicionamientos. Esa paz pasa por dos pasos necesarios: escuchar al pueblo porque somos pueblo liberado por el Señor Jesús”, añadió.

El prelado aseguró que “un verdadero católico no persigue a sus hermanos, porque piensen de manera diversa, inventando narrativas que no se corresponden a la realidad”.

Ser constructores de justicia

Asimismo ha invitado a todos los venezolanos a no quedarse solamente en “la meditación inspirada en los textos bíblicos de la celebración de este año”, sino a salir con más entusiasmo para ser constructores de justicia, paz, reconciliación, solidaridad, amor y libertad como valores del Reino.

“De poco nos serviría la peregrinación y la celebración si no volvemos a nuestros hogares y comunidades reforzados para cumplir el mandato evangelizador de Jesús: anunciar su Evangelio de Liberación”, indicó.

Ha mencionado que llegó la hora de demostrar que “somos discípulos de ese Cristo del rostro sereno” para “dejar de lado las descalificaciones y calumnias con las cuales destrozamos al adversario cualquiera que sea”.

Solo a través del “respeto mutuo, la escucha también mutua y la decisión de cada uno” se podrá lograr una sociedad fraterna, justa, solidaria y con capacidad de reconciliación.

“De lograrlo, será un ejemplo para todas las regiones y para toda la nación urgida de un diálogo constructivo para demostrarnos que el pueblo es el único y auténtico protagonista de la democracia”, finalizó.

Foto: Vatican News

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