El escolapio Andrea Melis, de 60 años, deberá responder ante la Justicia de agresión sexual, prostitución a menores y tentativa de violencia agravada
Las autoridades italianas han detenido al sacerdote escolapio Andrea Melis, de 60 años, en la localidad de Finale Ligure, en el norte del país, tras ser acusado de agresión sexual, prostitución a menores y tentativa de violencia agravada, según informa la agencia Efe. Este cura era portador del VIH y habría abusado sexualmente a un monaguillo. No se descarta que pueda haber más víctimas.
Este sacerdote de la región de la Liguria se encuentra en proceso judicial tras haber sido arrestado. La diócesis de Génova por su parte le ha suspendido del ministerio y ha mostrado su “su dolor por los hechos denunciados” confirmando que ya informó al Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano. Por su parte los escolapios lo han recluido en su comunidad. La acusación señaló a Melis de realizar actos sexuales con el menor a cambio de dinero y regalos como cigarros electrónicos, videojuegos y ropa de marca, cada vez que se veían le daba unos 100 o 200 euros y le llegó a comprar un teléfono de 800 euros de valor.
La investigación se ha abierto a partir de la denuncia del monaguillo ya que de momento la Justicia señala que pudo haber otros menores afectados, aunque no han trascendido otras víctimas. El hecho de que tenga sida, enfermedad de transmisión sexual que contrajo hace años en África y para la que lleva tiempo sometido a tratamiento, preocupa especialmente en este caso ya que habría mantuvo relaciones sexuales sin tomar precauciones con el menor, según el testimonio del denunciante a la jueza de instrucción del caso, Milena Catalano. Los medios locales señalas que el menor no ha dado positivo en VIH tras someterse a unas pruebas.
La Justicia acusa al escolapio de actuar bajo “impulsos perversos”, de aprovecharse de la confianza del menor y “atraerlo a su casa, cerca de las iglesias”, para forzarle a “acceder a todo lo que un adulto prohíbe”, según recoge Efe. También se han incautado del domicilio del sacerdote juguetes sexuales y drogas de estimulación sexual, cigarrillos electrónicos desechables, bebidas energéticas, sudaderas y chándales de marca que daba a los niños. También la investigación cuenta con los datos de la tarjeta de crédito y un largo historial de mensajes de Whatsapp con el monaguillo de los últimos cuatro años –desde que el niño tenía 12 años–.