La abadesa excomulgada del convento de Belorado ha roto su silencio, tres meses después de la ruptura de parte de la comunidad clarisa con la Iglesia católica y dos meses después de la intervención de la Santa Sede a través del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, como comisario pontificio.
A través de un vídeo mensaje de unos trece minutos colgado en Instagram, sor Isabel de la Trinidad, de nombre civil Laura Gil de Biedma, acusa directamente a Iceta: “Nos está llevando a la total ruina”. “Me siguen todos los días llegando impagos, impagos, impagos…”, denuncia la ex monja contemplativa sobre lo que consideran una situación de asfixia económica.
Dejando a un lado cualquier argumento teológico y sin hacer referencia alguna al nuevo mentor espiritual de la comunidad, el falso obispo brasileño Rodrigo Ribeiro da Silva, en su alocución se centra únicamente en la encrucijada financiera que atraviesa la comunidad dirigida a “a la gente que le interesa la verdad”. “Las cosas se están saliendo completamente de madre”, expresa en tono coloquial, para ratificar que atraviesan “una situación generada por don Mario Iceta, que está llegando a un extremo muy fuerte”.
“Desde que Mario Iceta se hizo con las cuentas, está hundiendo los monasterios, literalmente los está hundiendo, los está llevando a la ruina dentro de nada, si Dios no lo impide”, enfatiza la ex abadesa, que justo después deja caer que “yo creo que ya para septiembre, bueno, estarán arruinados, si no embargados, si no vendidos a los bancos”.
En esta misma línea, apunta que “me están llegando apremios de Hacienda de los monasterios por impagos”. “Nos llegan constantemente impagos que acaban metiéndolos en listas de morosos”, enfatiza. Según describe sor Isabel de la Trinidad, “Hacienda embargó ayer una cuenta de Ibercaja”, desvela.
Sor Isabel de la Trinidad recuerda que el arzobispo de Burgos dijo que “no quería extorsionar” y que “nunca nos iba a faltar de nada y que iba a haber una asistencia para las hermanas”, subrayando que cuentan con ancianas dependientes en el convento.
Las acusaciones van más allá, al sostener que “constantemente” les están llegando facturas no abonadas de todo tipo de suministros y proveedores, incluida la gasolina: “No pagan el gas, no pagan los teléfonos, no pagan internet, la fibra óptica”. “Hemos estado muchas semanas sin tener llamadas salientes de los teléfonos, hasta que nos dieron amenaza de dar de baja todas las líneas y tuvimos que pagar”, explicita justo después la líder del grupo cismático.
En otro momento, admite que “lo único que están pagando es la luz, no nos han dado nada para alimentación”. Eso sí, según su versión, desde la comisión gestora creada por el arzobispo de Burgos, “han suspendido todos los pagos todos, absolutamente todos, lo mismo de la leche que de azúcar o de la harina con la que hacíamos unas magdalenas para sobrevivir”. Incluso habla de una factura de la empresa de envíos MRW que asciende a 2.000 euros y que tampoco se habría cobrado. A la par, detalla que los envíos que realizan ahora los han tenido que pagar “en metálico”.
Entre sus quejas sobre la gestión del Arzobispado, se encontraría que “tenemos empleados que llevan meses sin cobrar, que han reclamado y que van a terminar por pedir finiquitos porque no lo consiguen salir adelante con la vida”.
Además, denuncian que habrían estado circulando “con un vehículo sin seguro”, porque desconocían que no se había pagado la cuota correspondiente. “Nos han puesto en una situación grave, lamentable”, expresa la ex abadesa. La ex religiosa explica que en 24 años “no hemos tenido esta situación de morosos ni de impagos”. “Si en algún momento teníamos algo impagado era un acuerdo entre partes”, matiza a continuación.
Hasta la fecha, de forma reiterada en diversos comunicados, desde la Archidiócesis de Burgos sostienen que “se han gestionado los pagos de aquellos trabajadores y proveedores que han seguido el protocolo establecido por la Comisión Gestora”. A la vez han manifestado que “la ex abadesa nunca ha facilitado la información económica que se le ha requerido, al menos en cinco ocasiones”. “Únicamente ha enviado facturas y nóminas pendientes de pago, que la Comisión Gestora está estudiando con detenimiento”, remarcan desde el equipo de Iceta.
Con este contexto descrito por sor Isabel de la Trinidad, explica que su única manera de seguir adelante son las donaciones y las personas que “se acercan bondadosamente” para traer “algo de alimentos”. “La comunidad está luchando mucho, día y noche, por el seguimiento de Cristo”, argumenta. En cualquier caso, la ex monja comparte que “el Señor lo ve todo, todo está en su conocimiento, todo está bajo su gobierno y solo Él sabe a dónde nos conduce a través de las circunstancias”.
“Esta batalla no está acabada”, asevera, desde el convencimiento de que “todavía tienen que dirimir los jueces”, refiriéndose de forma implícita a la denuncia interpuesta contra el arzobispo de Burgos por violación del derecho de libre asociación y principio de libre separación, así como por abuso de poder y usurpación de la representación legal. En su intervención digital, la religiosa excomulgada reivindica una vez más la propiedad de los conventos y hace referencia al cambio de la cerradura del convento de Derio por parte del Arzobispado.
En su monólogo, la ex abadesa también arremete contra los que denomina “medios de desinformación”, en tanto que considera que “todos”, desde periódicos hasta televisiones, “se han puesto de parte del discurso del obispo”. “Vamos a salvar a alguno”, apostilla, sin citar expresamente a qué plataforma comunicativa se refiere.
Para Laura Gil de Biedma, nombre civil de la abadesa defenestrada por Roma, se habrían dicho “cosas muy injustas, muy erróneas, muy equivocadas, muy tendenciosas”. “Nos gustaría que hubiera habido más respeto”, lamenta sobre lo que considera una “presión muy fuerte”.