Ángel Pérez Pueyo preside la fiesta de la Virgen del santuario cuando sigue abierto el conflicto por la reforma de los estatutos del enclave vinculado al Opus Dei
El obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, presidió ayer la fiesta de la Virgen de Torreciudad, cuando se cumple un año del desencuentro entre el diócesis y los responsables del santuario mariano vinculado al Opus Dei por la gestión de uno de los epicentros de peregrinación del carisma de san Josemaría Escrivá de Balaguer.
“María es el ejemplo perfecto”, expuso Pérez Pueyo durante una homilía en la que defendió cómo la madre de Jesús de Nazaret es bálsamo de Dios con el que regenerar y sanar el corazón herido de tantos hermanos nuestros”. “Nuestro pueblo, sencillo y humilde, pero con un olfato divino extraordinario, siguiendo la Escritura, descubre que la verdadera familia de Dios es la que está compuesta por aquellos que buscan, que peregrinan hasta encontrar la voluntad de Dios en sus vidas”, destacó el obispo en una jornada en la que tiene lugar el pesaje y presentación a la Virgen de los niños nacidos en el último año.
Eso sí, el pastor diocesano no hizo referencia alguna al conflicto abierto con los responsables del santuario. Lo cierto es que, en estos últimos meses, la tensión se habría rebajado entre ambas partes con una vía de negociación abierta, si bien todavía no se puede hablar de un acuerdo definitivo.
La trifulca tiene su origen hace dos años, cuando Opus Dei y Diócesis iniciaron un diálogo con el fin de reformular el estatus del enclave con el fin de regularizar su situación jurídica y pastoral. Mientras el Obispado remarca la necesidad de una reforma de los estatutos para su erección canónica, la Obra defiende que Torreciudad no se ha encontrado ni se encuentra en una situación de ilegalidad. Además, se entrecruzaron acusaciones con trasfondo económico vinculadas a este proceso.
A fecha de hoy, el centro de peregrinaciones cuenta con una ermita y una imagen de la Virgen que, aun estando cedida a perpetuidad a la Obra, tal y como se defiende desde la Prelatura, tendría a priori la categoría de santuario diocesano, por lo que el obispo tendría la última palabra sobre el espacio. Además, en el terreno se ubica un macro templo que hasta diciembre del año pasado estaba categorizado como un oratorio semipúblico, pero la Santa Sede dio vía libre al obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, para que el edificio principal de Torreciudad sea considerado un santuario diocesano.
Las desavenencias entre Torreciudad y el Obispado llegaron a tal punto que Pérez Pueyo optó el pasado verano por nombrar de forma unilateral al sacerdote diocesano José Mairal como responsable máximo del santuario. Desde el Opus Dei correspondieron con una petición a Roma de medidas cautelares para que suspendiera esta decisión del obispo. En paralelo, la diócesis aragonesa convocó un acto de conciliación para actualizar la cesión de 1962 de la ermita, la talla de la Virgen, la hospedería y los terrenos anejos, un extremo rechazado el pasado enero por la Prelatura.