La Diócesis de Teruel y Albarracín, a través de la Comisión Permanente de su Consejo Pastoral, está perfilando “los objetivos del Plan Pastoral Diocesano que se van a trabajar conjuntamente en las parroquias, unidades pastorales, arciprestazgos, comunidades, grupos y servicios diocesanos” a lo largo del curso 2024-2025.
Tras una “consulta” realizada en sus diversas comunidades “a mediados de junio”, el fin es encarnar definitivamente esos principios vertebrales “para que vayan ya iluminando durante estos días finales del verano las acciones pastorales del próximo curso”.
A nivel concreto, la Iglesia pastoreada por el obispo José Antonio Satué señala que una línea a seguir es “incidir en puntos del pasado año que no se llegaron a hacer realidad”. En este sentido, un ejemplo es que “en todos los arciprestazgos” haya “momentos de oración conjuntos, para hacer verdadera comunidad, encuentro festivo y unión de lazos personales”.
También se quieren “potenciar” la formación presencial (en el IET San Joaquín Royo) y la virtual, así como “los grupos parroquiales de formación y vida” o “los cursillos de iniciación a la oración en los arciprestazgos rurales”.
Otra apuesta para el presente curso es la que busca crear “espacios donde las familias participen e impulsen la catequesis de sus hijos”. Del mismo modo, “habrá que organizar espacios donde las personas puedan encontrarse y comunicarse, pensando especialmente en la gente que no está en la Iglesia”.
Todo ello dentro del espíritu “sinodal” que “el Espíritu Santo ha inspirado para nuestra querida Iglesia diocesana, que es el Plan Diocesano de Pastoral 2023-2028”.