Por abrumadora mayoría (265 votos favorables por 29 en contra), el Parlamento de Ucrania aprobó este martes 20 de agosto la prohibición de su Iglesia ortodoxa vinculada históricamente a Moscú y pastoreada por el patriarca Onufriy. Todo ello, pese a que este ha condenado la invasión de su país por Rusia y ha manifestado oficialmente que ya no reconoce la autoridad del patriarca moscovita, Kirill, gran benefactor espiritual de Putin.
En plena crisis, hay que tener en cuenta otro factor importante: en Ucrania hay una segunda comunidad ortodoxa, la autocéfala, encabezada por Epifaniy y apoyada en la autoridad moral de Bartolomé, patriarca ecuménico de Constantinopla, que la instituyó oficialmente en 2018. Eso originó un cisma con Moscú y unas relaciones inexistentes entre ambas Iglesias ortodoxas ucranianas…
Algo que, precisamente, ha cambiado estos días, cuando Epifaniy ha escrito una carta a Onufriy animándole a emprender un diálogo “sin condiciones previas” para alcanzar la unidad y la reconciliación. Algo que hasta hace poco parecía impensable. Y es que, en octubre, cuando se aprobaron los primeros trámites parlamentarios para prohibir la Iglesia ortodoxa ucraniana pastoreada por Onufriy, su homólogo lo celebró con entusiasmo (“¡bendición de Dios!”, llegó a escribir en la red X).
En las últimas horas se ha producido otro hecho relevante. Tal y como ha revelado en X el propio presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, este ha tenido “una conversación telefónica con el patriarca ecuménico Bartolomé”. En ella, “le expresé mi gratitud por las oraciones de Su Santidad por Ucrania y su inquebrantable apoyo a nuestra nación”.
Tras reconocer que espera su visita al país, Zelenski ha detallado que abordaron la prohibición de la Iglesia ortodoxa pastoreada por Onufriy, destacando “la importancia de la nueva ley sobre independencia espiritual, apoyada por el Consejo Ucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas, subrayando que una nación independiente también debe ser espiritualmente independiente”.
Tampoco puede pasarse por ato la última frase de mandatario ucraniano: “Reafirmé el compromiso de nuestro Estado de fortalecer la ortodoxia en Ucrania y promover el diálogo abierto entre las Iglesias”. Parece evidente que, más que prohibir como tal la ortodoxia ucraniana ligada históricamente a Moscú, se desea que en el país solo haya una Iglesia y sea autónoma de toda influencia rusa.
Habrá que esperar a las próximas fechas para ver si hay o no algún tipo de acercamiento entre Onufriy y Epifaniy y, en definitiva, si emerge una Iglesia ortodoxa ucraniana unida o sigue habiendo dos comunidades separadas y siendo una de ellas prohibida por el Estado.