Cono Sur

Chile: celebran Día de la Solidaridad

Esta celebración de San Alberto Hurtado el 18 de agosto fue decretada por el Gobierno





El domingo 18 de agosto, fiesta de San Alberto Hurtado, el jesuita que fundó el Hogar de Cristo para acoger niños que vivían en la calle, hubo celebraciones litúrgicas y festivas en varias diócesis del país. Es la conmemoración litúrgica del santo chileno que murió ese día en 1952, a los 51 años de edad. En 1994, cuando fue beatificado por el papa Juan Pablo II, el gobierno de Chile declaró el día 18 de agosto como Día de la Solidaridad.



Voluntariado y apoyo a los más vulnerables

En la diócesis de Calama, en la cordillera del desierto de Atacama, a 2.260 mts sobre el nivel del mar y a 1.600 kilómetros de Santiago, una feria de la solidaridad mostró diversos programas de atención a personas vulnerables y ofreció servicios para ellos en el mismo lugar, una plaza de la ciudad. También allí, al medio día, el obispo diocesano Tomás Carrasco Cortés presidió la Eucaristía. En su homilía, invitó a involucrarse activamente en las iniciativas de voluntariado y apoyo a los más vulnerables, siguiendo el ejemplo de San Alberto Hurtado, cuyo espíritu de solidaridad sigue inspirando a Calama y al país entero, dijo el obispo.

El director ejecutivo de Cáritas-Calama, David Figueroa, dijo que “en Calama vivimos problemas sociales relacionados con migración, con pobreza, con gente de calle. Yo creo que el tema de la pobreza ha subido mucho en la ciudad y esta oportunidad de actividades públicas sirven para hacer un llamado a la comunidad, que los necesitamos. La construcción de una sociedad más justa se logra entre todos. Ninguno puede quedar excluido. Ojalá más organizaciones puedan seguir integrando y formando parte de la acción social que requiere Calama y el país, para una sociedad mejor”.

Recordó, además, la vigencia del legado de San Alberto Hurtado, subrayando que su misión de promover la justicia social y la ayuda a los más desfavorecidos sigue más relevante que nunca en el contexto actual. “San Alberto Hurtado nos enseñó que la solidaridad no es solo un acto de caridad, sino una responsabilidad social que todos debemos asumir”, dijo Figueroa.

En la Catedral de Concepción el arzobispo Sergio Pérez de Arce, con el asesor de la Vicaría de Pastoral Social, pbro. Pedro Gómez, celebraron la Misa del Día Nacional de la Solidaridad con el lema “Manos unidas para orar, manos abiertas para dar”.

El arzobispo inició su homilía diciendo que “en este Día de la Solidaridad podemos cantar con gratitud el coro del salmo: Gusten y vean qué bueno es el Señor. Porque para celebrar la solidaridad, lo primero es que los creyentes tenemos que dar gracias por el amor que Dios nos tiene, por la bondad que nos muestra siempre”.

Al servicio de los más necesitados

Agregó que “tenemos que ser agradecidos de lo que Dios hizo en san Alberto Hurtado y del testimonio que nos mostró y que perdura hasta hoy, perdura en sus obras, perdura en el testimonio de tantos hermanos. Y damos gracias por todos los voluntarios, por todas las personas que trabajan en el ámbito de la solidaridad, que se entregan cada día (…) al servicio de los hermanos más necesitados”, dijo el arzobispo. 

Pérez de Arce relacionó el texto del Pan de Vida, del evangelio de San Juan, con el sacramento de la Eucaristía y en parte señaló que “este sacramento nos abre a la solidaridad, nos abre al amor, porque todo cristiano que celebra la Eucaristía se quiere unir a la entrega de Cristo, aquí Cristo se entrega por amor a nosotros y nosotros queremos entregarnos unidos a Jesús, no sólo aquí, sino que en la vida de todos los días”. 

“Por eso la Eucaristía tiene una dimensión social y solidaria tan fundamental. El Padre Hurtado decía una frase muy sencilla y muy fundamental: Mi Misa es mi vida y mi vida es una Misa prolongada”, añadió el arzobispo.

Finalmente preguntó qué es la solidaridad y explicó que no es un sentimiento superficial o un acto aislado, sino que es una determinación constante y permanente por construir el bien común, por edificar una sociedad más justa y fraterna. 

También los colegios de Iglesia de esa arquidiócesis tuvieron su celebración especial el martes 20 en una Misa presidida por el Obispo Auxiliar, Óscar García, en la Catedral.

El obispo de Valparaíso, Jorge Patricio Vega Velasco, svd, difundió un mensaje en el que se refiere a San Alberto Hurtado diciendo que “su predicación con obras y palabras, encendidas en amor por Cristo y al prójimo, con predilección por los más pobres, dejaron una marca imborrable en el corazón del pueblo chileno. Frases tan conocidas como “dar hasta que duela”, “contento, Señor, contento”, “¿qué haría Cristo en mi lugar”, han quedado grabadas en la memoria de tantos y tantas”.

Firme y perseverante disposición

Agregó el obispo Vera que “la solidaridad nos hace encontrarnos y reconocernos unos a otros como semejantes y partícipes en la construcción de una sociedad más justa. Si la unidad y la integración dejan de ser referentes sociales, entonces la segregación y el individualismo se impondrán y triunfará la cultura del descarte y del enfrentamiento. A su vez, la Doctrina Social de la Iglesia entiende la solidaridad como una virtud moral fundamental para la vida social. No se reduce a un ideal ni a un sentimiento altruista, sino a una firme y perseverante disposición para empeñarse en acciones que se encaminen al bien común, forjando el talante solidario de la persona”.

“En medio de las dificultades que nuestra sociedad atraviesa, continúa el obispo, es vivificante apreciar las obras solidarias que llevan adelante instituciones de Iglesia en favor de los más carenciados. Me sería imposible nombrarlas todas, pero aquellas que se dedican a los niños y jóvenes vulnerables, como el Refugio de Cristo, o las decenas de establecimientos de larga estadía de adultos mayores administrados por religiosas y religiosos que acompañan a los más desvalidos en las etapas finales de su vida, conmueven el corazón y devuelven las ganas de ser mejores”.

 La diócesis de San Felipe propició que cada parroquia tuviera su propia celebración. En la ciudad de Los Andes, sede decanal, presidió la Eucaristía, Giuseppe Silvestrini, Secretario de la Nunciatura Apostólica en Chile; en tanto, en La Ligua, la presidió el obispo diocesano, Gonzalo Bravo Álvarez, quien invitó a vivir en comunidad, pasando de una vida solitaria a una vida solidaria. “Si somos capaces de ver a Jesucristo en la Eucaristía, somos capaces de ver a Jesucristo en el pobre”, dijo el obispo.

El martes 20 de agosto se conmemoró el día de la solidaridad en la Catedral de Linares, convocados por Pastoral Social Cáritas Linares y el Hogar de Cristo, filial Linares. Hubo una gran asistencia de la comunidad, autoridades locales, representantes de Instituciones y delegaciones de Colegios. Presidió la Eucaristía el obispo Tomislav Koljatic, quien destacó la figura de San Alberto Hurtado, la importancia de su legado y su obra inspirada por Dios, resaltando las virtudes que le hacen modelo y guía para jóvenes y adultos. Agradeció también la presencia de tantas instituciones y servicios que dedican sus talentos a interesarse por los demás, destacó especialmente aquellos grupos de voluntariado que día a día, con sus obras destacan la dignidad de hermanos más necesitados, y enfatizó su llamado a los jóvenes a conocer más sobre San Alberto Hurtado y a seguir su ejemplo de solidaridad y entrega desinteresada.

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