Vaticano

El Papa pide a los juristas defender el derecho internacional humanitario

Francisco recibe en audiencia a la Red Internacional de Legisladores Católicos a quienes reclama que se superen las desigualdades e injusticias abiertas por las guerras





El papa Francisco ha recibido en audiencia a los participantes en la reunión anual de la Red Internacional de Legisladores Católicos, a los que pidió bases jurídicas cada vez más sólidas para defender el derecho internacional humanitario ya que la “guerra es siempre un fracaso”.



Una guerra “permanente e imparable”

El mundo en guerra: crisis y conflictos permanentes; ¿qué significa para nosotros?”, ha sido el título del encuentro que se está desarrollando en Frascati y Roma del 22 al 25 de agosto. A los 170 participantes, Francisco les ha recordado que estamos en la “tercera guerra mundial hecha pedazos” y por ello ha pedido a los cristianos implicados en cargos públicos un liderazgo “virtuoso y eficaz” para lograr un mundo de fraternidad, justicia y paz. Una guerra “permanente e imparable” que, denunció el Papa, “amenaza seriamente los pacientes esfuerzos de la comunidad internacional, especialmente a través de la diplomacia multilateral, por fomentar la cooperación para hacer frente a las graves injusticias y a los acuciantes desafíos sociales, económicos y medioambientales”.

La guerra, como “fracaso de la política y de la humanidad”, llega a las conciencias que deben conmoverse “ante las escenas de muerte y destrucción que tenemos ante nuestros ojos a diario”. “Debemos escuchar el grito de los pobres, las viudas y los huérfanos de los que habla la Biblia, ver el abismo de maldad que se esconde en el corazón de la guerra y decidirnos por todos los medios posibles a optar por la paz”, clamó el pontífice. Por ello su apuesta por la paz “en toda ocasión oportuna e inoportuna” mediante el diálogo –“ los conflictos no se resuelven solos”, instó– o prestando “especial atención a la defensa del derecho internacional humanitario y a dotarlo de una base jurídica cada vez más sólida. Esto exige, por supuesto, trabajar por una distribución cada vez más equitativa de los bienes de la tierra, garantizando el desarrollo integral de las personas y de los pueblos, y superando así las escandalosas desigualdades e injusticias que alimentan conflictos de larga duración y generan nuevos agravios y actos de violencia en todo el mundo”.

Francisco se mostró “cansado de la guerra, parece que no puede vivir, sin guerra, necesita renovar el espíritu de esperanza que llevó a fundar las estructuras de cooperación al servicio de la paz tras la Segunda Guerra Mundial”. Y es que “la guerra no es esperanza, la guerra no da esperanza. Que vuestro compromiso por el bien común, sostenido por la fe en las promesas de Cristo, sirva de ejemplo a nuestros jóvenes”, instó incluso empleando internet y las redes sociales para mostrar su liderazgo moral.

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